Lo hemos explicado muchas veces ya. Primero a familia, luego a amigos y ya hemos acabado explicándoselo hasta a las cajeras de Mercadona o al electricista: nos mudamos a Bruselas, a finales de enero, con nuestros gatos y algunos muebles. No tenemos piso, nos quedamos en casa de mi prima y no vamos a echar de menos las fallas. En fin, que vengo hoy a contar la movida.
Noviembre estaba siendo un mes movido, mucho. A principio de mes nos escapamos a Paris durante 10 días para unas merecidas vacaciones que aun no habíamos disfrutado. Al volver a Valencia, estuvimos un par de días en nuestra casa y volvimos a coger un avión para aterrizar en Bruselas porque Kalte tenía que atender diferentes temas de trabajo. Solo estábamos unos días en la capi y aunque estuvimos trabajando pudimos ver cómo podría ser vivir y trabajar a diario allí. Porque sí, sabíamos que podía pasar desde hace meses aunque veíamos la posibilidad bastante remota.
Lo cierto es que Kalte lleva meses esperando que le comuniquen si finalmente la movían de trabajar en remoto absolutamente a trabajar allí presencialmente en formato híbrido. Ha pasado pruebas, entrevistas y burocracia pero, finalmente, y después de un proceso larguísimo y cuando acabábamos de volver de Bruselas, le comunicaron que en Febrero tenía que empezar a ir a oficina (yaaaaay).
En el momento que supimos la fecha, nos pusimos manos a la obra: empresas de mudanza, calendario, fechas, qué nos llevamos, qué dejamos, qué vendemos, se lo decimos a la familia, se lo decimos a amigos, hablamos con mi prima que vive allí, hablamos con la veterinaria para llevarnos a los gatos, vemos el papeleo necesario, hablamos con asesores...
Por mi parte, yo puedo seguir trabajando sin problema (al final sigo siendo un trabajador en remoto para una empresa en USA) facturando y tributando en Bélgica. He de conseguir la residencia y darme de alta allí, pero obviamente he contactado con un asesor para que se ocupe de todo el papeleo.
En aquellos primeros días tras conocer la noticia, Kalte y yo nos sentamos a diseñar un plan para mudarnos a Bélgica sin que fuese una puta locura (o al menos una tortura enorme). Después de darle vueltas y entender que teníamos que hacer una mudanza internacional, encontrar apartamento personalmente, seguir viviendo aquí casi dos meses, pasar navidades y continuar trabajando todo este tiempo, decidimos llevar a cabo nuestro plan en tres fases:
La primera fase del plan es la más agotadora pero la más sencilla: adelgazar y empaquetar la mudanza. En primer lugar seleccionamos lo que necesitamos para vivir y trabajar desde el primer día. Las cosas que pensábamos renovar en poco tiempo (en nuestro caso sofá, cama y colchón) las quitamos de ese grupo. Luego seleccionamos cosas que queríamos mantener (libros de consulta, videoconsolas, tocadiscos...). De todo lo demás, había muchas cosas que no nos podíamos llevar pero queríamos mantener y otras que simplemente eran de nuestra familia. Todas estas las metimos en una furgoneta y las llevamos de vuelta a sus respectivas casas para quedarse allí o esperar a que nos las pudieran enviar. El resto de cosas que nos quedaban las hemos ido vendiendo o tirando.
Ahora mismo, esta parte del plan está al 90% diría yo. Muebles que nos quedan por vender/dar/tirar son simplemente unos tableros, las sillas de escritorio, la cama, el colchón, el sofá y una estantería. Bueno, no son tan pocas, pero lo único que pensamos vender son las sillas, el sofá y la estantería, el resto se van al vertedero. Hemos tirado ingentes cantidades de cosas (y aun queda) y los viajes en furgoneta fueron increíblemente agotadores, sobretodo el hecho de transportar muebles antiguos, pero esa fue la tarea más compleja.
En el otro lado de la balanza están todas esas cosas que nos queremos quedar y llevar a Bruselas. Aquí hay de todo: ropa, electrónica, standing desks, peladores de verdura... Hay muchas cosas que nos vamos a llevar, más de las que esperábamos, pero es que la mudanza nos va a costar lo mismo por unas cajas más. Ahora mismo llevamos 22 hechas y nos han presupuestado 30. Estamos cerca, nos queda una caja de cocina (porque tenemos que seguir cocinando y comiendo) y algo de ropa y aseo (de nuevo, lo mismo). En cualquier caso, esta fase está casi finiquitada.
Mañana empieza la fase 2 del plan: encontrar un hogar aka BRUSEALISTA. La semana que viene volamos a Bruselas para dedicar 10 días a encontrar una casa o apartamento en el que vivir. Por suerte podremos quedarnos en casa de mi prima que es super guay y nos está ayudando una barbaridad a cambio de hacer de chóferes cuando estemos instalados allí y tengamos el coche en el país ya. Pero volvamos al plan.
Esta semana estaremos llamando y concertando visitas para la semana que viene (de miércoles a viernes) para llegar y ponernos a visitar casas como locos. Asimismo la semana que viene concertaremos citas para la siguiente. Durante el último mes hemos estado quemando las webs de inmobiliarias de Bruselas en búsqueda de buenas oportunidades y tenemos una lista de unos 50 pisos para visitar que estamos priorizando (disponibilidad, localización, precio...). Con el nuevo año han salido buenos pisos así que no es de extrañar que encontremos casa en esos días.
Cuando tengamos la casa, hayamos firmado el contrato de alquiler y hayamos depositado la fianza y el primer mes, tendremos que hacer una serie de trámites para que la fase esté casi completada: primero tenemos que conseguir la residencia (que es simplemente registrar el empadronamiento en la comuna local) y luego tendremos que abrir una cuenta bancaria en un banco belga. En mi caso, además tengo que contactar con mi asesor para iniciar los trámites para establecerme en Bélgica como trabajador autónomo.
En este punto, la fase estará completada al 90%, pero faltan un par de cosas. En la primera fase comentamos que había algún mueble que necesitamos para vivir pero que no nos llevamos porque los íbamos a renovar. Pues bien, en Bruselas casi todos los pisos están sin amueblar, lo que significa que tendremos que renovarlos a la fuerza. Tendremos que correr a un IKEA a comprar una cama y un colchón con su correspondiente ropa de cama para poder empezar a dormir cuando volvamos, porque, como bien he comentado, solo estaremos 10 días.
Cuando hayan pasado los 10 días y la fase esté completada, lo que haremos será volver a España para que comience la última fase del plan: pirarnos aka LEAVE. El 23 de Enero la compañía de mudanzas se lleva todas nuestras cosas. En principio, es posible que el 25 todas nuestras cosas estén ya en la puerta de nuestra nueva casa. Eso quiere decir que nosotros tendremos que volar de nuevo de Valencia a Bruselas el 24/25 de enero para poder recibir la mudanza en nuestra nueva casa o, en el peor de los caso, dejar las cosas en un guardamuebles durante dos semanas. Dejaremos el coche en España, volaremos a Bruselas, recibiremos la mudanza y nos instalaremos.
Esta última fase es aun difusa, porque dependemos del factor casa de la fase anterior. Si no conseguimos casa se complicará la cosa porque el 31 de Enero como tarde entregamos las llaves de nuestra casa actual. En cualquier caso, nos podemos quedar en un AirBnb unos días más en Bélgica y nuestras cosas en un guardamuebles a la espera de conseguir un apartamento en Febrero. También nos podríamos quedar más tiempo con mi prima y nuestros michis o arreglar alguna otra cosa. Hay planes B y C. Pero el plan A tiene buena pinta.
Es increíble lo complejo que es hacer una mudanza así. No por el hecho de la mudanza en sí, sino porque hemos tenido que estar planeando como vivir durante dos meses, planificando qué empaquetábamos cuando o qué era necesario y qué era simplemente un adorno que no importaba empaquetar ya. Aun así, después de un mes haciendo cajas y tirando cosas, creo que lo hemos hecho muy bien: solo quedan unas pocas cosas y en las próximas semanas apenas vamos a estar tiempo en Bruselas.
Ahora tengo una sensación constante de falta de control sobre lo que queda por hacer, empaquetar, tirar o gestionar que no me deja dormir muy bien (ni siquiera en el maravilloso fin de semana de fin de año que hemos pasado en la campiña valenciano-turolense) pero para ello hemos tirado de listas to-do en Notion para tener constancia de cualquier cosa que se nos pueda escapar. Al final lo peor que puede pasar es que tengamos que tirar muebles que queríamos vender. Y ya ves tu que drama, si ya hemos empaquetado los peladores de verdura.
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