Llegué a Heraclión tardísimo. Cogí mis maletas (pro tip si vas a jugar a tenis: utiliza una bolsa de 9 raquetas como tu maleta principal, caben 3 raquetas y un montón de ropa y cosas, a mi me ha servido), cogí mi Fiat 500 híbrido del sitio de alquiler de coches y me puse en dirección al resort en el que me quedo. No he ido nunca a un resort, primera vez en mi vida. Supongo que para todo hay una primera vez. Después de autovía y de meterme por carreteras secundarias y cruzar un pueblo llegué a mi destino. Una vez hecho el checkin y sabiendo que la primera clase la tenía al día siguiente a las 16:30, el botones me llevó a mi, mis maletas y mi sandwich de cortesía en un carrito de golf hasta mi casa-habitación-apartamento. El sitio es enorme y he de decir que ya me he perdido varias veces. Mi habitación tiene un balcón desde el que veo el mar que está a literalmente 40 metros de mi, aunque esa noche solo pude escuchar las olas y otear a duras penas la playa. En fin, cené, hice llamada rápida a familiares y me fui a dormir.
Amanecí a las 8. La playa está bien, no es genial, pero está bien. El día: ventoso. Bandera amarilla a primera hora de la mañana en la mitad de la playa que protegía el rompeolas y bandera roja directamente en la que está al otro lado. Después de una merecida ducha me dirigí a desayunar y me perdí. Terrible. Pero este sitio es laberíntico. Tras preguntar a una pareja a la que seguí durante unos largos y tensos 40m encontré el camino hacia el comedor. Buffet estándar, café de cafetera en la mesa, y a preparar un poco lo que va a ser este viaje.
Es domingo, sé que aunque no es temporada alta todo va a estar a tope y las playas no son accesibles hoy así que me dedico a descansar hasta la hora de la clase de tenis y planear la semana. Voy a la playa, paseo, me doy una vuelta. Me canso, me voy a la otra playa. Solo una pareja de alemanes, unas olas terribles, el mar está movidísimo. Leo un poco, descanso. El calor aprieta a mediodía así que a la 1 me voy a comer. Como en el restaurante que está al lado de la piscina. Dakos y ensalada de atún. Creo que nunca había comido tanto atún en una ensalada. Intento aprovechar para practicar las 4 cosas que se de griego "Yassu" "Efkharisto" etc etc.
Tras conocer a un gato y comprar una botella de agua me voy a descansar hasta la clase de tenis. No hace mucho calor, pero hace calor. Me embadurno en protector solar y parto a las 16 hacia las pistas de tenis. Me pierdo de nuevo. Es que no aprendo. Al final, acabo llegando a través de la playa, resulta que es la ruta más sencilla. Cuando llego descubro que soy el único, lo que no está mal pero tampoco bien ya que serán solo 3 clases de 90 minutos durante todo el viaje, aunque, bueno, tampoco están mal.
Josef es majo. Me habla de entrada en alemán (literalmente el 80% de los huéspedes tienen que ser alemanes) y su inglés no es muy allá, pero nos entendemos. Practicamos, hacemos un poco de todo y acabamos jugando un tie-break. ¿Estoy aun cogiendo el ritmo o este Griego me ha dejado destrozado en hora y media? Es la primera clase seria de la temporada y estoy roto. Quería acercarme a la piscina pero está cerrada cuando termino la clase así que me dirijo a la playa que pese a tener aun bandera roja tiene algún que otro bañista y está mucho más calmada. El agua está templada, ni caliente ni fría, lo justo para que sea refrescante pero no estés helado al terminar.
Durante el día he ido haciendo un mapa mental de las cosas que quiero hacer ya que voy a tener más tiempo libre del que creía. Hay muy buenos vinos en Creta por lo que he preguntado por unas catas cerca de heraklio. Tambien hay mucha historia y cultura así que es posible que un día me acerque a una meseta repleta de templos y mitología griega, minoica y veneciana. Además, quiero seguir haciendo deporte por lo que me gustaría hacer o un hike a una cueva cercana o un curso de iniciación en buceo. Aun no lo tengo claro. Pero ahí estamos. De momento, termino el día bebiendo cerveza Mythos y relajado en la cama.