Hace tres meses escribía una entrada hablando de mi teoría sobre votantes de derecha que no llegan a final de mes y me callaba la boca para hacer lo que había que hacer: convertir mis redes sociales en un campo de batalla contra la extrema derecha y su auge en Españita. Vivir unas elecciones en la distancia no ha sido muy diferente de vivirlas en la madre patria pero ha tenido un extra de suspense que no se ha disipado hasta volver a terreno patrio.
Los siguientes dos meses, desde que el perro convocó elecciones generales hasta que pisamos de nuevo la capital europea los vivimos inmersos en un verano atípico por eso de vivir fuera de España y también por lo de cancelar nuestros planes y realizar cambios de última hora todo el rato sin saber muy bien qué iba a ser de nosotros. Puede parece que fue simplemente cambiar el viaje para coincidir con las elecciones en España, pero hay un árbol de decisión bastante grande detrás de eso.
Cuando se convocan elecciones, a mi me pillan con la identificación belga recién conseguida. No hacía ni una semana que había conseguido la residencia para poder quedarme en el país (el plazo terminaba a principios de Junio) y justo el día después de asistir a un festival en Oseghem parc, el CORE Festival. Estuvimos en shock viendo como Valencia caía en manos de los fascistas mientras de fondo sonaban los pertinentes melancólicos acordes de Alt-J.
Al día siguiente dispusimos todo para darnos de alta en el CERA y poder votar, sin embargo, el plazo para darnos de alta puede demorarse y haber problemas con el censo electoral. Es por ello que decidimos cambiar de estrategia, mover el viaje a España, coger unos días y presentarnos en Valencia para votar. Así, compramos billetes, avisamos a la familia y empezamos a planear el primer viaje a la madre patria.
Pedro nos debe dejar un clima en el que no se superan los 25 grados de máxima en verano más de 10 días al año para irnos a uno en el que la mínima durante el mes de Julio es esa misma temperatura. Así es. Íbamos a vivir en una ola de calor belga perpetua. En cualquier caso, estábamos dispuestos.
Por el camino, planeamos nuestros días allí o qué vamos a hacer mientras estamos en España: trabajar. No había mucho hueco para vacaciones, sin embargo, me hacen llegar una oferta para una empresa belga a finales de junio para la que necesitan incorporación inmediata. Muchas mejores condiciones, mejor sueldo, manteniendo el status de autónomo y con buena perspectiva de futuro. Hago la prueba técnica la semana antes de irnos a España, de hecho, la hago el día del cara a cara y el día después (con toda la bajona del esperpento del debate) me dicen que me han cogido.
Así, toca replanificar. Me incorporo entre el 27 y el 31 (al final sería 31 de Julio) y hablo con mi manager (ahora ex-manager) para ver cuando dejo de trabajar. De haber sido un poco listo, habría dicho de terminar el 14 de Julio, pero soy una persona decente y les digo de terminar el 21, 10 días de preaviso. Así, me queda una semana de vacaciones entre un trabajo y otro, que pasaré entre mi pueblo, valencia y las elecciones.
Viajamos a España y las siguientes dos semanas las pasamos entre visitar amigos, trabajar, ver a la familia, pasar calor, discutir de política, sudar, ver debates, compartir impresiones, jugar a tenis, sudar, ver como Alcaraz gana Wimbledon, que nos entre morriña, quedarnos con mucha gente por ver o saludar, sudar, comprar jamón serrano, ver el recuento de las elecciones mordiéndonos las uñas, comer en sitios conocidos, hacer compras en ZARA y volvernos a Bruselas.
Este ha sido el primer viaje que hemos hecho a la madre patria desde que estamos aquí (llevamos solo 6 meses así que tampoco nos ha dado tiempo a tener mucha morriña). Cosas que he aprendido de este primer viaje:
Vale más hacer pocos viajes largos que muchos cortos
Cuando vas de visita, quieres ver a mucha gente y hacer muchas cosas. Quiero ver a la familia, ver a amigos y también jugar una partida de tenis con mis ex-compañeros de clase. De ir fines de semana o puentes, sería imposible. Por eso, creo que es mucho mejor hacer viajes de 2 semanas o 1 mes que hacer viajes de un fin de semana, 4 o 5 días. Creo que lo voy a intentar planificar para que así sea.
Las maletas: facturadas y cuanto menos mejor
Ya sea yendo a casa de mi madre o a casa de amigos, la ropa que tengo que llevar es la justa. Realmente, cuando voy quiero llevar cerveza, chocolate, gofres y galletas, por lo que casi es mejor llevar una maleta grande con poca ropa y espacio para regalos que llevar mucha ropa para un clima mucho más suave. Es mejor llevar un jersey menos y una botella de cerveza más.
Aprovechar para ver amigos de Crossfit o tenis y hacer deporte con ellos
Este viaje quería volver a Crossfit y tenis. Iba a estar dos semanas sin hacer nada por lo que quería al menos hacer algo de deporte. Tampoco era plan de ponerme a hacer todos los días algo, pero quedar dos veces a jugar a tenis me ha permitido ver a amigos de tenis y además hacer deporte con ellos. Hasta he conseguido que un viejo y gran amigo se apunte de nuevo a clases de tenis. La próxima vez me llevaré mis raquetas facturadas.
Utilizar el calendario y planificar bien el tiempo
Una cosa que hice bien y que creo que debería haber usado más es planificar con antelación. Avisar a mucha gente por redes sociales e intentar planificar bien con quien quedar y eso es importante para ajustar tiempos y poder ver a mucha más gente. Esta vez lo hice solo unos días que tenía varias quedadas pero la próxima vez lo haré mejor. Mis días en Valencia estuvieron llenos de visitas de gente maravillosa así que espero poder hacer lo mismo en mi pueblo para poder ver a toda esa gente a la que me quedé sin ver.
Intentar quedar con mucha gente a la vez
Esto es importante, es como los cumpleaños.
Facturar la maleta más grande posible
Ya que vas a facturar una maleta para llevarte de vuelta 10kg de jamón y 5 kg de queso, lo mejor que puedes hacer es hacerlo en una maleta enorme. No la de cabina, ni la siguiente, sino la más grande posible que permiten la mayoría de aerolíneas. De esa manera te aseguras poder mover cerveza y cosas de un país a otro sin tener que preocuparte del espacio. Ya te digo yo que 25Kg no se llenan tan fácilmente hasta que compras jamón.
Este último mes me lo he pasado comenzando un nuevo trabajo, adaptándome a la vida laboral belga y saboreando lo que es terminar de trabajar a las cinco de la tarde. Las condiciones de trabajo son importantes. Ahora mismo estoy en Barcelona, a donde me he desplazado para asistir a un concierto y dar vueltas sudoroso con Javi, da real MVP. Vimos a KGLW en Poble Espanyol y esta tarde vuelvo a la capital. De nuevo viajes y de nuevo cambio de planes. Esta es la vida, supongo.