Tenemos un dilema: Wimbledon, BBK o escapada con colegas.
Hoy me ha llegado un mail con la noticia de que me dejan comprar entradas para Wimbledon, y tengo las entradas pre-asignadas y la compra esperando hasta el 12 de Marzo. Entradas para un Slam, EL Slam. Pero pensábamos escaparnos a Bilbao al BBK por segundo año consecutivo porque este año va literalmente todo el mundo y encima no para de confirmar a grupos que nos gustan. Por si fuera poco, estábamos pensando en irnos con unos amigos de escapada de fin de semana en esas fechas así que teníamos que cerrar todo un poco por esas fechas y tampoco tenemos días libres eternos o dinero infinito: hay lo que hay y hay que elegir. Y se me da muy mal elegir.
Quiero ir a Wimbledon muy fuerte, es un Slam, van los mejores, partidos de 5h, vestir de blanco, recibir un smash en la cara, comer fresas con nata... pero no quiero arrastrar a Kalte por segunda vez en menos de un año a un campeonato de tenis, más cuando en este caso son 3 partidos a 5 sets (o 2 sets o dobles, nunca se sabe). Pero es Wimbledon. Es muy jodido conseguir entradas, cada una para 1 día vale 80 libras y no sabes ni a quien vas a ver ni siquiera si vas a ver a alguien porque puede ponerse a llover y joderte todo. Risky business.
Por otro lado al BBK van Arctic Monkeys, Florence+The machine y Phoenix entre otros. El año pasado estuvo bien, el cartel no terminó acompañando todo lo que nos tenía que acompañar, Kalte estaba aun con la patachula que no podía estar muchas horas de pie y descubrimos que no estábamos tan jóvenes como creíamos pero vimos a The Killers, Phoebe Bridges o Placebo UGH.
Por otro lado, un colega está preparando un más que posible viaje para esas fechas y nos dijo que si íbamos movía las fechas para cuadrarlas con el finde en el que estuviéramos en España, pero que iba a ser por fechas parecidas.
Pongamos que el dinero no es problema: iríamos a Wimbledon o el BBK y luego acudiríamos al viaje con los colegas. Pero no vivimos en la realidad en la que somos ricos y tenemos infinitas vacaciones. Vivimos en la realidad en la que Elon Musk ha comprado Twitter y yo sigo siendo autónomo.
Dilemas del primer mundo.
Quejarse por quejarse.