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I was dead for 5 weeks in the city of Brussels
9 de marzo de 2023

I was dead for 5 weeks in the city of Brussels

A ver: no. Pero han pasado tantas cosas que es difícil mantener la calma. Hace una semana hablaba de un dilema que teníamos y es que ese dilema ya es mucho más grande así que ni siquiera vale la pena seguir hablando. A la mierda Wimbledon. A la mierda el BBK. Ya nos pillarán confesados. Voy a hacerme un cafesito, pongo una lista de todas las movidas de las que quiero contar y nos ponemos a ello.

IKEA is playing at my house.

Durante estas semanas, después de recibir la mudanza (de la que aún tenemos que abrir muchas cajas) una cosa de la que nos dimos cuenta es que nos faltaban una cantidad de muebles y movidas espectacular para, simplemente, poder vivir. No había sitio para dejar nada, ni las consolas, ni libros, ni vinilos ni nada. Nuestras mesas empequeñecían en el estudio y la cocina podía aceptar una mesa perfectamente. Así, en estas semanas hemos hecho 3 pedidos a IKEA: Uno con el sofá y la cama de invitados, otro con lámparas y útiles para la vida moderna (colección Varmblixt incluida) y otra con mesas de escritorio, estanterías y demás.

No hemos acabado, la cocina necesita una mesa o una isla para darle juego y aun nos falta algo para poner en la habitación (solo hay cama y una cómoda) pero ya va pareciendo nuestra casa. Por el camino también nos hemos dejado el dinero en cosas útiles pero caras y cosas sin las que simplemente no podíamos vivir como una mesa de HAY o una lámpara descatalogada de IKEA.

Bright festival: luz, churros, destrucción

Hace unas semanas nos armamos de valor y fuimos a dar una vuelta por el Bright festival un festival audiovisual por varias localizaciones de Bruselas en las que se proyectan espectáculos audiovisuales en edificios históricos o se pasea por instalaciones contemplativas (tal cual venía en la guía). A mitad del recorrido nos comimos unos churros que nos supieron a gloria y estuvimos sorprendidos de que hubiese tantísima gente a las 10 de la noche por las calles de Bruselas. Después de los churros y el último recorrido nos metimos una buena tanda de patatas fritas de Maison Antoine porque había que rebajar el nivel de casticismo que teníamos en vena. Andamos mucho y al día siguiente no trabajaba así que: 10/10 si no fuera porque pasé un frío guapo porque en mi mente sigo preparándome para el frío como si esto fuera Valencia. Pondría fotos mías pero es mejor que lo veáis en un video de YouTube o algo así, yo que se, tengo muy mal pulso.

Un paseo por Bois de la cambre

Reunión de piedras ¿Sellos de luz o los rayos X del aeropuerto?

Al día siguiente me armé de valor y me fui con la última cámara analógica que compré al bosque que tenemos al lado de casa (porque es un bosque) y me dediqué a dar un largo paseo, hacer fotos que salieron terribles y acariciar muchos perros por el camino. También almorcé un croque monsieur buenísimo de EL kiosko y estuve, simplemente, pensando en mis cosas.

Y en otro orden de cosas...

Ya hemos contactado con nuestra secta Crossfit local de confianza, de momento, el lunes tengo prueba para empezar a entrenar a tenis pero en clases particulares cerca de casa porque no hay sitio en ningún sitio. El otro día nos fuimos a comer Fabes con almejas en Metaprosa, un centro cultural de Español al lado de Jurdain que está bastante guay y ayer martes nos nevó y no cuajó mucho pero fue precioso.

Extra extra!

Estoy investigando como hacer así rápido y fácil que las entradas lleguen por correo a quien sea que las quiera en forma de newsletter porque puede que haya alguien tan loco para ello. En cualquier caso, estoy investigando como hacer. Se llamaría algo así como La vie Bruxelloise o algo con más significado, aun no lo se.

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La movida (de irnos a Bruselas) 8: Desembarco
4 de febrero de 2023

La movida (de irnos a Bruselas) 8: Desembarco

Hace una semana que llegamos a Bruselas. Y no hemos parado. De hecho, el miércoles pasado, día 25, empezó lo más duro de la mudanza: movernos a otro país, traer a nuestros gatos y establecernos en el piso. Solo llevamos una semana, aún faltan dos días para que lleguen nuestras cosas, vivimos con lo mínimo… por no tener ni siquiera tengo batidora de mano para hacer cremas. En fin.

Llevo días queriendo escribir y publicar esta entrada… pero es que no ha habido un hueco. La estoy escribiendo en la aplicación Notas del iPhone. El miércoles pasado, después de tirar la cama y trabajar en el suelo empezó la odisea de venir a Bruselas con dos gatos y la ropa justa para sobrevivir.

Dormimos en casa de nuestro amigo Shafik y al día siguiente bien temprano fuimos a dar las llaves y recoger a nuestros gatos. Después de casi 1h para darles la medicación para que no se murieran de miedo en el vuelo, nos dimos cuenta de que aún había muchas cosas que recoger y tirar. Fuimos deprisa y corriendo llenando bolsas y bajándolas al contenedor y de camino nos encontramos a la casera que contra todo pronóstico era puntual.

Nos dijo que la casa estaba allá por que había alguna mota de polvo por ahí y obviamente le paramos los pies. Hemos aguantado goteras, obras, ascensor de mierda y su condescendencia de señora votante del PP durante 4 años y siempre hemos pagado así que no puede quejarse. La administradora que también vino a la entrega de llaves nos dijo “no os rayéis, el piso está perfecto y recibiréis la fianza entera”. Así lo esperamos, sobretodo cuando ha subido el precio de ese piso ruinoso un 40%. En fin, es el mercado supongo. Tener goteras y pagar 1400€ es lo normal.

Se fueron, cogimos a los gatos, vaciamos las maletas un poco dejando cosas en el coche (qué allí sigue aparcado) y nos subimos a un taxi. Quedaban 2 horas para que despegara el avión. A la llegada al aeropuerto, los gatos no estaban demasiado nerviosos. La medicación había hecho efecto.

Al pasar el control de seguridad pedimos que no nos los hicieran sacar y vino la guardia civil a pasarlos dentro del trasportin personalmente por el arco y más tarde hacerles las pruebas antidrogas. Dos guardias civiles y tres guardias de seguridad verificando que no estábamos pasando cocaína y descifrando si Unagi era un Maine coon o no. “No es Maine coon señora, solo está gordo”

Ok, hora de subir al avión. Cola para entrar, todo ok. Autobús que nos lleva al avión. Ok. Los asientos que hemos comprado nos los han cambiado por un error en la web. Not ok. Nos habían puesto en asientos sin el extra que habíamos contratado y, es un first world problem, pero cada uno eran 25€, llevar a cada gato son 50€ y además hay que sumar el precio del billete… no eran baratos y encima literalmente no cabían los pobres debajo del asiento de delante. El espacio extra era necesario. Cuando comentamos que habíamos contratado por la web asientos asignados con el extra de espacio, la controladora de Vueling, dos asistentes de vuelo y el capitán hicieron un corrillo alrededor de mi móvil viendo qué hacían con nosotros. Se dieron que cuenta que los asientos originales estaban vacíos. No había nadie sentados en ellos así que movieron a un par de personas y nos sentaron a los dos en la ventanilla.

Todo este lío es porque la web te deja seleccionar asiento cuando llevas mascotas y en teoría el check-in lo haces en el aeropuerto y son asientos asignados que solo pueden ser ventanillas y con una distancia de 6 filas con otra mascota. Esto nos lo comentaron varias veces asistentes de vuelo haciendo hincapié en la buena fe de la compañía. Señor, ya le he gritado a mi ex casera porque no quería darnos la fianza después de todas las mierdas que nos hemos comido en su piso, llevo a mis gatos histéricos y estoy en medio de una mudanza a otro país. Déjeme en paz ya.

Llegamos a Bruselas. Taxi y al hotel. Dejé a Kalte con los michis y me fui corriendo a recoger las llaves. Eran las 16:40 y había quedado con la casera a las 17. Tram y para allá.

La verdad que es muy maja. Saluda siempre que la veo. Aunque no la he vuelto a ver.

Me volvió a invitar a te y chocolate belga, me explicó todo del barrio, los contadores, el gas, las llaves, la entrada… me dio consejos, me recomendó tiendas y me avisó para cuando pidiéramos la lavadora. Todo muy guay.

Esa noche dormimos del tirón y sin cenar. Al día siguiente teníamos que levantarnos pronto porque venía IKEA a las 10 de la mañana. Nos pasamos el viernes entero montando la cama, dos sillas y la mesa. Lo mínimo para sobrevivir y poder comer/dormir/trabajar.

Los siguientes días fueron por suerte más tranquilos. El sábado fuimos a comprar utensilios para poder comer en casa y el domingo fuimos a comer casa de mi prima y a recoger las maletas que dejamos en enero en el viaje para buscar piso.

Esta semana ha sido tranquila. Hemos estado viviendo con lo que teníamos, trabajando, dando de comer a los michis y dándonos de comer a nosotros. Hemos estado probando todo lo de la casa, desde calefacción a cómo se abren las ventanas y de momento salvo tonterías todo muy bien. No hemos tenido mucho tiempo para descansar y hemos estado abrazando el horario europeo de dormir a las 22:30.

Ahora tenemos que bajar el nivel de estrés. Hemos estado dos meses al 100% y ahora se nos hace raro tranquilizarnos y no hacer nada. Se nos hace complicado concentrarnos en nada o pensar en algo cíclicamente para ver qué sale bien. Escribo esto de camino a IKEA a comprar un sofá y una cama para invitados. En mi pueblo hoy celebran el día 4 de las fiestas patronales y es el cumpleaños de Javi. El lunes traen todas nuestras cosas y ya nos han advertido varios que o vamos de policías de la calle con el vado temporal o los coches ni se mueven porque son todos unos gilipollas y la policía no hace absolutamente nada. En fin. Esperemos que no. Necesito mi batidora de mano.

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La movida (de irnos a Bruselas) 7: Waterloo
25 de enero de 2023

La movida (de irnos a Bruselas) 7: Waterloo

Escribo esto sentado sobre la última pieza de lo que eran nuestros muebles. Ahora mismo están en un lugar mejor: un guardamuebles esperando ir hasta Bélgica. Tenemos casa, mañana volamos hasta Bruselas y estos últimos tres días hemos vivido con lo mínimo. Ni siquiera almohadas.

Es el último empujón. No voy a hablar del alivio que supuso que la empresa de mudanzas se llevara todas nuestras cosas o de haber desmontado y bajado la cama, ni siquiera de lo bien que se están portando los gatos ahora que los estamos medicando para no morir de estrés. No quiero pensar en todo lo que hemos hecho porque entonces recuerdo el cansancio, el dolor de cuello y que se me ha dormido el culo y la pierna por estar trabajando 4h en el suelo.

Nos queda nada: tirar bolsas de basura enormes, pasar por el ecoparque, devolver la escalera de 6m (gracias Vicente) dormir en casa de un amigo (gracias Shafik, you da man) y mañana entregar las llaves y llevarnos los michis y nuestras maletas a Bélgica.

Esta semana hemos trabajado un par de días en Tiovivo creativo con unos sitios prestados en el que fue nuestra casa profesional hace un tiempo y en el que dimos forma a la idea del nuevo Dunkelheit & Draper cuando la pandemia empezaba a devolvernos la esperanza. Llevamos toda la semana comiendo y cenando fuera o sobras, cosas fáciles de preparar o que venga en forma de sobres.

El sábado pasado nos juntamos con algunas de las personas más especiales que hemos encontrado en la capital del Turia aunque llevamos dos meses despidiéndonos de mucha gente. Ni siquiera pude ir el jueves pasado o el martes a despedirme de los compañeros de la escuela de tenis, auténticos maquinarias.

Quizás el cansancio se base en que llevamos casi dos meses preparando toda esta movida y en una película ya no hay mucho sitio para que los protagonistas aprendan nada. Ya hemos llegado a la parte de la película donde todo acelera y pasa muy rápido y donde el ritmo se vuelve frenético y no hay diálogos, solo los protagonistas yendo de un lado a otro como si lo que quedase fuese fácil y el final estuviese ahí a la vuelta de la esquina. La realidad no es así.

Mañana empieza Waterloo.

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La movida (de irnos a Bruselas) 6: El 26
20 de enero de 2023

La movida (de irnos a Bruselas) 6: El 26

Al final, por un cúmulo de ruegos, cartas bien re-escritas por una IA y un casero comprensible podremos coger las llaves el día 26 a pesar de no tener ni dónde caernos muertos ese día. Habrá noche de hotel, pero no una semana entera.

Hoy es 20 de Enero. Es el día oficial de La Oreja de Van Gogh que para quien no lo sepa es una de las mejores creaciones que ha dado el ser humano y específicamente Amaia Montero. También es el día en el que nos hemos vuelto a poner manos a la obra con las cajas, las bolsas de ropa y el agobio. El lunes llega el camión de la mudanza, mañana comemos con amigos y en menos de una semana estaremos en Bruselas recogiendo las llaves de nuestro nuevo apartamento. Todo correcto, la verdad.

Cuando enviamos el papeleo, nuestro casero nos respondió sorprendido con la velocidad a la que habíamos hecho todos los trámites: "sois unos cracks" habrá dicho en sus adentros. Y es que todo el mundo nos pintaba muy mal la burocracia de los bancos belgas pero en nuestro caso lo resolvimos todo en menos de 1h previo ingreso del dinero necesario. Todo salió bien, pero la semana que viene nos esperaba una semana de hotel con los michis que nos descuadra bastante el presupuesto, así que a Kalte se le ocurrió acudir con la gorra entre las manos a pedir como un chavalín de una novela de Oliver Twist.

Como yo era incapaz de escribir nada ya (después de rogarle a nuestra actual casera que madrugara el día 26 para darle las llaves) le pedí a Kalte que lo hiciera y ella, igualmente, se lo pidió a una IA. El resultado fue prodigioso:

"We are leaving Spain next Thursday the 26th. Due to the very limited availability of pets on each flight and the fact that we can no longer live in our current apartment after the 31st of January, we were forced to bring our cats along with us. Would it be possible to enter the apartment on the 26th? The request might be too much to ask for, but we were left with no choice. We can definitely arrange documents and payment for this period"

Que en castellano sería:

El próximo 26 de enero partimos de España. Debido a la limitada disponibilidad de mascotas en cada vuelo y el hecho de que no podemos quedarnos en nuestro apartamento más allá del 31 de Enero, nos hemos visto forzados a viajar con nuestros gatos. ¿Sería posible entrar al apartamento el 26 de enero? La petición puede ser pedir demasiado, pero no tenemos otra opción. Podemos arreglar los documentos y pago por este periodo.

Texto claro, correcto y formal. Yo nunca lo habría expresado mejor y, por si fuera poco, ha funcionado. Nos respondió y nos dijo "todo ok, sois de puta madre, me pagáis esos días y cero dramas loko". Parece una tontería pero a nosotros nos da mucha paz mental saber que cuando lleguemos podemos recoger nuestras llaves y pedir una cama en IKEA para que llegue al día siguiente y poder ya dejar a los michis que se acostumbren.

Queda poquísimo. Cerrar cajas, hacer maletas, despedirse.

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La movida (de irnos a Bruselas) 5: Évidemment
17 de enero de 2023

La movida (de irnos a Bruselas) 5: Évidemment

Tenemos apartamento, al menos virtualmente. Contrato firmado, papeleo a medias, dueña contenta, nosotros contentos. Quedamos ayer con ella y con el agente de la inmobiliaria y todo fue todo lo correcto que podía ir. Tiene una casa de rica increíblemente rica, nos invitó a té y chocolate y firmamos juntos el contrato. Nos dio las normas de la casa y enterró las esperanzas de mudarnos la semana que viene como teníamos pensado. Shit.

Parece una tontería, pero tener que entrar en la casa el día 1 de Febrero ha roto un poco gran parte del plan (el plan, un plan muy bien hecho y pensado) que habíamos garabateado hace ya dos meses. La mudanza viene a por nuestras cosas el día 23, el lunes que viene (eso sigue siendo parte del plan) pero todo lo demás ya está regular.

En primer lugar, llevarnos a los michis ya no es tan fácil como pensábamos, no hay vuelos que permitan mascotas porque hay un cupo muy limitado (2 o 3 animales por avión según compañía) por lo que el único vuelo antes del 31 de Enero (fecha final de nuestro contrato actual) es el 26 de Enero. No hay más vuelos y no podemos cambiar la fecha fin de contrato porque nuestra casera básicamente no nos deja. Así que el 26 volamos a Bruselas con nuestros michis para quedarnos ya allí.

Ese mismo 26, claro, tenemos que cerrar la casa, rescindir el contrato y entregar las llaves a nuestra actual casera y eso es otro movidote. Tiene que venir bien pronto para que nos de tiempo a ir al aeropuerto y eso de madrugar para que Dios te preste algo de ayuda no le va demasiado. Le dije a las ocho y media de la mañana y, claro, ella no va a madrugar, es consciente de "que todos tenemos nuestros problemas" pero es inviable levantarse tan pronto. Tengo claro que los rentistas no son de esa clase de personas que madrugan o trabajan, así que la convencí para hacer acto de aparición a las 10 y le dejé bien claro que a las 11 como muy tarde tenemos que salir para el aeropuerto. Mi madre dice que le dé las llaves a la administradora y ya está y casi que si, la verdad. Con suerte los michis estarán sanos y salvos y llegaremos a tiempo al avión y todo irá bien y aterrizaremos en Bruselas ese día tranquilamente.

Pero... todavía hay más.

Cuando lleguemos a Bruselas no tenemos sitio donde quedarnos. A casa de mi prima no podemos ir, una semana mezclando michis llevándose regular y con ansiedad hasta los topes con sus michis y estando todos nerviosos y molestos no se puede, por lo que ayer tuvimos que buscar y reservar un hotel pet friendly que no sea excesivamente caro. Por suerte, el NH Louise del centro de Bruselas admite mascotas y no cuesta un ojo de la cara.

En la reunión que tuvimos con la casera, intentamos que nos dejaran entrar antes, pero ella está empeñada en que el día 1 de Febrero a las 7 es cuando entramos en el piso. Todo porque, claro, tiene que venir el señor de l'etat de lieu (comprobación del estado de habitabilidad del apartamento) y no sabía el de la inmobiliaria si iba a poder venir mucho antes del 1 de Febrero. Al final viene el 24. Me mato.

En cualquier caso ya está todo firmado, así que no hay vuelta atrás. Ayer nos estábamos empezando a encerrar en un torbellino de "quizás", lamentos, y "deberíamos haber hecho" que no nos lleva a ningún sitio. Hay intentar una suerte de soluciones medio buenas que a la larga no nos cueste la salud o el bolsillo, hacer un poco de medios arreglos que hagan una mudanza entera.

Por lo pronto, hemos hecho todo el papeleo en esta mañana fría de Bruselas y con ello vamos presionar a la dueña para que nos deje entrar antes. Es posible que lo haga, nos ha dicho el de la inmobiliaria que es posible que nos deje entrar antes, pero quien sabe. Encima vamos a tener que ir con cuidado porque "évidemment" no podemos hacer la mudanza por la escalera aunque sea el segundo y es obligatorio alquilar un ascensor externo cuando el día 3 lleguen nuestras cosas. Sin la cama, claro, que tenemos que comprar y apalabrar para que la traigan el día 1 o 2 de Febrero. Muchas cosas en el aire. Joder, normal que me haya desvelado a las 5.

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La movida (de irnos a Bruselas) 3 - Brusealistas
10 de enero de 2023

La movida (de irnos a Bruselas) 3 - Brusealistas

Estamos en Bruselas. Hemos aterrizado en Charleroi, recogido el equipaje, cogido un bus, un metro y otro bus y estamos descansando antes de comenzar mañana nuestra operación Brusealistas: encontrar una casa en los próximos 10 días.

No es una casa cualquiera porque no es un país conocido. El miedo a que nos estén engañando o nos cuelen algo que no queremos o podemos permitirnos es alto, generando mucha ansiedad colateral, además que no conocemos mucho la ciudad y nos tenemos que defender en otro idioma.

En cualquier caso el proceso ya lo empezamos la semana pasada. Empezamos a llamar y contactar con diferentes anuncios y mañana ya tenemos varias visitas en varios pisos. El jueves también tenemos varias agenciadas y el sábado tenemos otra. No vamos a andarnos con rodeos: el primero que nos cuadre será el elegido porque ya hemos hecho una selección de posibles. No son pisos que nos enamoren, pero son pisos posibles: no se van demasiado de precio, están cerca de la comisión y no nos horrorizan. Las tres condiciones que hemos puesto como indispensables. No nos hemos flipado.

Si hace un año me lo dicen… pues a ver, no me habría sido muy extraño porque ya estaba haciéndome mis movidas en mi cabeza, llenando Google Maps de cositas para ver si veníamos, viendo qué escuelas de tenis hay en la ciudad y demás comodidades que disfrutamos en Valencia. Pero estar realmente aquí, preparados para salir a buscar casa, me ha dado algo de paz y ha rebajado mucho los niveles de stress que hasta ayer cuando terminé de empaquetar ropa no había empezado a notar. La mudanza no perdona a traidores.

Ayer estuvimos empaquetando y moviendo cosas, recordando qué hay que hacer, qué hay que tirar y qué nivel de ansiedad tenemos. Estamos en plena transición de una ansiedad sana pero sepultadora a una más ilusionante. La ilusión de un nuevo hogar nos activa pero a su vez nos hace más desconfiados y temerosos. Es la ansiedad ante lo desconocido, más bien un miedo o preocupación a la que está unida de forma inseparable.

En fin, cero dramas: mañana visitar pisos, practicar francés e inglés, negociar contrato, precio, ver si todo tiene su calentador, su calefacción y su lavadora y si estamos a menos de 10km de la oficina de Kalte. Empezamos Brusealistas.

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