Llevo casi 3 años con un Apple Watch. Además de mirar la hora, recibir notificaciones y responder accidentalmente alguna llamada, el Apple Watch me ha llevado a gamificar el ejercicio que hago. Antes iba a entrenar, entrenaba y volvía. Ahora necesito información, datos, calorías, tiempo, performance y, por supuesto, premios, medallas o rachas.
El seguimiento me proporciona un calendario en el que puedo ver cuándo he sido bueno y cuándo he sido malo. Los días que fui a tenis y las tardes que me escaqueé para tomar un Biter Kas con los amigos. El Apple Watch sabe el momento en el que me lanzo a jugar un partido de tenis o entreno a alta intensidad. También sabe la hora a la que me levanto, la hora a la que me acuesto y probablemente la fecha en la que sufriré un infarto de miocardio. No es una crítica: me encanta.
He conseguido saber que hay meses buenos y meses malos, meses en los que estoy más predispuesto a hacer deporte y meses en los que decido vivir la vida e irme de vacaciones. También he aprendido a cargar regularmente mi Apple Watch para continuar con las estadísticas. En el Apple Watch, estableces metas de calorías, minutos de entrenamiento al día u horas de pie. Estableces tus metas personales.
La gamificación personal me ha ayudado a establecerme metas e intentar hacer más ejercicio o ser más constante con los entrenamientos de tenis, sin embargo, necesito más. Hacer ejercicio no es suficiente. Seguir una dieta, leer, caminar, escribir... Es año nuevo, no nos vamos a engañar. La pandemia empieza a dar señales de agotamiento. Es hora de establecer metas para el nuevo año e intentar cumplirlas más allá de entrenamientos, calorías y horas de pie.
Seguramente el más difícil de todos los propósitos. La vida está llena de días especiales, de celebraciones, de bajonas, de días malos, horribles, patéticos, lluviosos, azules... es un campo de minas para cualquier dieta. Este año es el primero que empiezo con una dieta en la que no solo trato de adelgazar sino de saber qué demonios me pasa en el intestino. Retortijones, dolores, gases... vivir con una celíaca me (y nos) ha enseñado que hay cosas que no deberían normalizarse. No te pueden sentar mal unas lentejas y hacer como si fuera lo más normal del mundo. Hoy he comido cebolla y me duele. Estamos terminando las pascuas y llevo días con dolor. No es normal. Médico y dietista lo confirman: 2022 viene con mucha dieta.
Leo poco (nada) y tengo una pila pendiente de libros enorme. Ensayos, ciencia ficción, novela gráfica, comic... interminable, de verdad. De momento me estoy haciendo un calendario y quiero leer un libro al menos al mes (o 2 integrales de cómic / novela gráfica) e incluso ir documentándolo aquí como si de un club de lectura personal se tratara. También estoy comprando más revistas que nunca, de las buenas, independientes, bonitas e interesantes. Gracias News & Coffee, me habéis creado una necesidad nueva. De momento Enero empieza con los dos primeros tomos de la reedición de Akira, preciosa edición que tengo pendiente más de un año. De verdad que me avergüenza escribir esto, pero es que también tengo El problema de los tres cuerpos, Homo deus o Utopia for realists. Se viene 2022 con mucha lectura.
En esta creo que Kalte podría echarme una mano, aunque también Basel. Su canal sobre fotografía analógica me dan ganas de comprar algo más que carretes para las Polaroid, y aunque me encanta Carmencita Film Lab creo que estoy dispuesto a aprender el viejo y sacrificado oficio de, no solo hacer fotos, sino revelarlas y ver si no te has cargado el carrete en un desesperado intento de buscar otro hobby más para llenar ese vacío existencial que el capitalismo crea en nosotros tras trabajar 8 horas al día y no saber qué hacer con nuestras vidas. En realidad la fotografía analógica se remonta a 2014 (tiempos de Flickr), cuando compré en eBay una cámara Yashica réflex analógica y empecé a tirar carretes y dejar de comer para pagar los revelados que hicieron que dejase la fotografía. Salidas a hacer fotos aisladas y otros conatos de vuelta durante estos años han mantenido viva la llama de la fotografía, así que aprender a revelar es quitarme el factor económico de encima y darle una nueva vida a las 6 o 7 cámaras analógicas que tengo.
O lo que sea. El COVID destrozó por completo mis ganas y posibilidades de terminar un master por lo que ahora simplemente quiero mantenerme en la rueda del aprendizaje a base de cursos. Este año me propongo terminar uno cada 3 meses. Tampoco le pido mucho a lo del aprendizaje continuo, solo estar actualizado o aprender cosas nuevas en el poco tiempo libre que tengo. Igual que la lista de libros, tengo mil cursos en Udemy esperando. No costaron mucho pero estaría bien darles un uso.
Tengo tres proyectos en fase de planificiación / definición y quiero lanzarlos a lo largo de 2022. Uno de ellos está a medias y es una web, otro es un side project pequeñito y el otro podría ser una startup con algo de gancho. La sombra de lo que Dunkelheit & Draper aspiraba a ser al principio de 2020 es larga, pero poco a poco vamos encontrando oportunidades y nuevas historias que contar bajo su marca. Funcionen o no, se usen o no, es una forma de aprender y perder tiempo y dinero muy honorable. Hay gente que se lanza al crossfit, yo a estas mierdas.
Y no necesariamente en el cine. 2021 estuvo muy muy ausente de películas en mi vida. Necesito darle caña a las listas en Netflix, HBO, Prime y Disney +, y para empezar tenemos Mujercitas (2019) a mitad y me he dejado Matrix Resurrections para 2022. Empezamos fuerte y son solo 30. Números de rookie, pero es que no hay tiempo.
Uno no decide hacer un artículo con una lista aleatoria que se le va ocurriendo sobre la marcha un domingo por la tarde así como así. Quiero volver a escribir, quiero retomar el blogging y de hecho la decisión de que esta web sea un WordPress es un 80% poder tener un blog sencillo en el que vomitar lo que me de la gana. Quiero escribir un artículo todas las semanas de lo que sea, y el hecho de ver películas y leer libros en principio debería facilitar las cosas. Debería. Obviamente tienen que tener una longitud de unas 450 palabras y tener algo de contenido, de chicha, de movidas. Tiene que ser una hamburguesa especial como la que nos acabamos de comer en Angus (la mía de carne de potro 🐴) así que tampoco vale escribir por escribir. Este post, por ejemplo, tiene contenido, tiene intención, desvarío, desarrollo y conclusión, que viene ahora. Esta es la clase de post que quiero escribir. El post de GQ de tercera regional.
Propósitos medibles. Era mi principal intención con los míos. Normalmente, otros años, iría con propósitos más generales o totalmente fuera de alcance. Este año no me he dejado llevar y he ido a por unos más o menos "asequibles" y otros más complicados pero medibles. He intentado poner siempre un número para determinar si lo he cumplido o no, y además del Apple Watch para medir entrenamiento, he instalado una app para medir el progreso de los diarios, cómo seguir la dieta o leer. A final de año haré un recap para ver cómo ha ido y, por lo menos, tendrá que ser dentro de 51 artículos, cuando hayamos escrito todo el año y 2023 esté a la vuelta de la esquina.
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