Me cuesta muchísimo escribir. Y no dejo de pensar que a lo mejor es porque el blogging ya no es lo mío, que no poseo la capacidad de atención y el tiempo que tenía cuando, desde los 13 hasta los 22 años, escribía regularmente. Había épocas en las que era para hablar de política, otras en las que lo usaba para simplemente desahogarme porque alguna chica no me hacía caso y en otras para contar mis movidas del día a día. Nunca renuncié a escribir aquello que necesitaba, tampoco renunciaba a lo de llegar a Twitter y hablar de la notica del día y hacer mi análisis más profundo en mi blog. Pero a lo mejor todo esto es simplemente un espejismo, un recuerdo de un pasado en el que tenía esta válvula de escape y ahora escribir ya no es algo que necesite y que pueda usar como desahogo. Quizás es simplemente hábito. Quizás mi vida no me da para más y tengo otros sitios y personas con las que desahogarme. Recuerdo que no podía quejarme a los amigos o compañeros de clase porque nadie, por aquel entonces, estaba en el modo que yo estaba. A lo mejor yo ahora tampoco estoy en ese modo y si ya no es lo mío supongo que deberé aceptarlo y jugar a Fortnite en su lugar.