Se ha hecho EL HIKE. Cincuenta kilómetros, lloviendo intermitentemente, más de kilómetro y medio de desnivel (lo que equivalen a quince kilómetros extra) y en el que acabamos con dolores, cansancio y una sensación de plenitud espectacular. Valió la pena, pero a qué precio. Hoy he tenido que ir al fisio a que me diga si tengo desgarros musculares en ambos cuádriceps del dolor que tengo estando a miércoles. Pero parece que no.
El sabado se hizo el hike, del que he hablado en una entrada hoy mismo. El domingo, con las agujetas, la imposibilidad de andar mucho y la acumulación de eventos deportivos para españoles heteros decidí descansar mientras Liv se iba a luchar contra el patriarcado. Conseguí arreglar la cámara desmontándola y gracias a gente de Reddit, videos de YouTube y manuales de instrucciones antiguos escaneados. Dios bendiga internet.
Estaba viendo el partido de Alcaraz (pintaba fatal en el segundo set) cuando Liv me dijo de ir a una tertulia filosófica a la que vamos alguna vez que se organiza los domingos. Me animé porque, de verdad, pensaba que Alcaraz palmaría en cuatro sets. En fin.
La tertulia estuvo debuti. Debatimos sobre la pregunta que planteó Liv ("¿Cual es la diferencia entre humanos y animales?). Fue ordenada, interesante, muchos puntos de vista acertados, alguno que otro pasado de vueltas o muy estanco, pero en general una experiencia muy positiva. Volveremos.
Nos quedamos a las cervezas de después y conocimos a otro español turbo capitalista, una estudiante de Yale que vive en Malinas durante un mes y un chico indio que le daba recomendaciones a la estudiante de Yale. La tertulia post-tertulia fue muy interesante. Estuvimos hablando de muchas cosas (yo discutí con el español en español obviamente) pero luego nos juntamos para debatir sobre "¿Es toda acción política?". Mientras Alcaraz había remontado y España estaba empatando. Llegamos a casa para ver cómo Morata fallaba (y yo avisé a Liv para que vea que es tradición saber que Morata va a fallar un penalti).
Al día siguiente tuve la migraña de mi vida. Me desperté con dolor de cabeza y no podía ni moverme. Deambulando por la casa me asenté en el sofá a cuarentaycinco grados y me quedé durmiendo un rato. Al despertar me encontraba mejor y me fui con Liv y un amigo al cine a ver la última de Wes Anderson. Demasiado Wes Anderson, demasiado larga y aburrida a ratos. No me gustó. Una lástima. Terminamos el día en Saint Catherine tomando cerveza y hablando. Se acadó el fin de semana largo. Y al día siguiente tocaba trabajar. Puta mierda.
Hemos pasado unos días en Bochum, Alemania. Al oeste para ser exactos. Entre Dortmund, Gelsenkirchen y Essen. Rodeados de fábricas, minas de carbón y los ríos Ruhr y Rin. La Alemania más working class. La Alemania donde creció mi chica. Escribo estas líneas en el viaje de vuelta, en el que posiblemente sea uno de los Flixbus más trashy de la historia.
Hemos pasado un fin de semana de semi relax, hablando con la familia de Liv, comiendo mucho pan terriblemente bueno y adictivo, dando paseos, visitando Bochum y a unos amigos en Düsseldorf. Y también se ha comido Kebab, en una cadena homenaje a “La casa de papel”. En serio. También hemos estado cantando mucho “Esa Diva” de Melody gracias a que Inés y otros amigos nos han mantenido al día del drama.
La cuenca del Ruhr es una cuenca minera en la que destacan varias poblaciones que conocerán por sus equipos de fútbol como Dortmund, Essen (Shalke 04) o la población de mi chica, Bochum. Cerca también queda Leverkusen aunque ya no es parte de este estado.
Esta zona de Alemania es a la vez gris como el carbón y verde como la transformación en los tiempos post-extracción. Es increíble la cantidad de espacios verdes que componen y rodean estas ciudades que conforman una metrópolis en forma de banana. Muchas de las colinas que hay alrededor son artificiales, formadas a partir de todos los sedimentos extraídos de las minas y que han acabado formando parques, zonas de descanso, picnics y, en general, zonas verdes que inevitablemente transforman por completo lo que antiguamente eran simplemente ferrocarriles, canales, chimeneas, grúas y demás.
Bochum y las poblaciones cercanas tienen metro y trenes que las conectan. Bochum tiene parques llenos de árboles, lagos y un foco de alergias terrible. Tiene una universidad importante y un centro en el que la población india y árabe se hacen notar. Hay buenos cafés y tiendas multiculturales aunque el encanto yo lo encuentro más en los espacios verdes más alejados del centro. En cualquier caso es una ciudad europea y cuenta con todo lo que las ciudades europeas tienen: el río, el puente viejo que todos aman, el puente nuevo que a nadie gusta, el centro financiero, el barrio hipster, la zona universitaria… os hacéis una idea.
El jueves apenas salimos porque el plan era llegar, descansar y cenar. El viernes sí que fuimos a dar un paseo desde la casa de Liv al centro paseando por mucha zona verde, alguna colina artificial y el paisaje minero de fondo. En el centro visitamos varias tiendas -shoutout a Ideee y la tienda india del centro por que son visitas siempre necesarias además de hurgar en los descuentos de TKMax - y nos volvemos a descansar a casa. Aprovecho el paseo desde las afueras al centro para hacer muchas fotos y hasta se improvisó una sesión a Liv en unas esculturas que encontramos por el camino.
El sábado nos fuimos a Dusseldorf a ver a unos amigos y a que yo pueda seguir gastando dinero en los carretes de fotos. Obviamente, una visita a Alemania no estaría completa sin comerte unos retrasos en el tren de la muerte. Por suerte todos los trenes iban con retraso así que, realmente, no había retraso, simplemente esperas a coger el tren antes del tuyo. Llegamos y paseamos por el barrio asiático (bastante impresionante) y nos dirigimos al centro viejo. Recogemos a nuestros amigos, compramos prosecco y unos snacks y vamos al Rin a hacer un picnic.
El Rin es uno de los ríos más importantes de Europa. Es navegable a su paso por Dusseldorf y es alucinante. Estuvimos tomando algo entre los dos imponentes puentes que salvan a la ciudad de estar desconectada por el río. Hice fotos, vimos el barco discoteca, observamos la tormenta que se acercaba por el horizonte, nos fumamos un porro sin niños delante, nos terminamos la botella de prosecco y, cuando comenzó a llover, nos fuimos en busca de un sitio en el que cobijarnos.
Nuestros amigos nos llevaron a un garito en el centro desde donde vimos que la lluvia iba a parar en un rato. Cócteles, risas y nos fuimos de camino a terminarnos el prosecco donde habíamos estado antes cuando la lluvia decidió dar un respiro. Unos vasos más de prosecco, algunos snacks más y vemos que la tormenta es más grande de lo que pensábamos. Hay que refugiarse antes de que empeore mucho así que vamos a que el que escribe estas lineas pruebe la experiencia Döner de Dusseldorf. “Haus des Doners” es una cadena de kebabs con ambientación “La casa de papel”. Ambientación no tienen mucha, la verdad, aunque mantienen el logo y los colores. En cualquier caso tiene mejor pinta que la cadena de kebabs de Podolski, aquel jugador de fútbol.
El kebab está bueno. A ver, estaba medio borracho y fumado como un gorrino, pero el kebab llevaba medio kilo de cilantro y cebolla y me lo acabé, así que bueno tenía que estar a la fuerza. Después de la experiencia, nos fuimos a coger el metro para ir a la estación de tren y volver a Bochum.
Cuando llegamos a casa, la tormenta estaba en pleno apogeo. Litros y litros de lluvia, rayos, truenos, viento... fue como si la climatología la estuviera dirigiendo mi estómago después del durum. Llegamos a casa algo empapados y acompañé a los padres de Liv con una cerveza de sobremesa tardía, para el estándar Alemán (He de recordar que todo esto pasó super pronto, aún no eran las 23:30). Terminarnos las cervezas y el crucigrama del New York Times juntos, así que decidimos irnos a la cama.
El domingo me levanté con una resaca 3/10. Leve dolor de cabeza que sabía iba a desaparecer en poco tiempo. Desayuno alemán, contundente, con mucho pan y mucha mantequilla. También queso y charcutería. Café, huevos... es que de todo. Es de las adopciones culturales que quiero en mi casa.
El día no dio mucho de si. Si, fuimos a ver el jardín urbano de los padres de Liv. Y sí, fuimos a comer tarta y beber café con la abuela. Y si, luego estuvimos una hora esperando el bus que venía con retraso. Y si, ha sido un fin de semana excelente. Mucho chill, mucha búsqueda de similitudes entre alemán y neerlandés y mucho pan de pretzel. Ojala encontrar pretzels en Bruselas.
Llevo unos días escribiendo en mi diario. Cada noche, antes de irme a dormir, dedico unos minutos a reflexionar sobre lo que he hecho durante el día o los últimos dos días en caso de que me lo haya saltado. Y este fin de semana he hecho tanto que necesito contarlo más extensamente. No sé si es porque estoy escribiendo en mi diario o porque he conseguido que mi Fujica AX-1 haga fotos sin filtros de luz, pero he terminado el fin de semana con los ánimos por las nubes.
El viernes cambié CrossFit por cultura y compras en Hema. Mi plan para el fin de semana era montar la JollyLook, una cámara pinhole que me regaló Liv por mi cumple, por lo que me recorrí el centro de Bruselas buscando carretes Instax Square. Al final encontré un paquete ahorro en Hema pero por el camino pasé por una librería y me compré libros interesantes.
Encontré un libro que llevaba tiempo buscando, "All about love" de Bell Hooks, de la que me estoy leyendo "Teoría feminista: de los márgenes al centro" y se que me va a volar la cabeza y me va a costar semanas o meses leerme. También descubrí otro en la misma sección para personas que si pisan USA acabarán en una cárcel de El Salvador, "Capitalism: A conversation in critical theory" que seguramente me hundirá todavía más en el pozo comunista del que nunca voy a salir. Sigo leyendo Silvia Federici con la promesa de que me hará mejor persona y me está volando la cabeza.
Tras este frenesí de compras, dejé las cosas en casa y nos dimos un paseo por un parque cercano en el que nos bebimos una cerveza mientras veíamos a niños caerse, levantarse y actuar como si en unos 20 años no tuviesen que enviar su CV a una empresa y que les respondan a loas 3 meses saludándote con una errata en tu nombre diciendo que han continuado con otro candidato. En fin. Cenamos Knees To Chin y eso siempre nos anima.
El sábado fue el día interminable. Con la amenaza de lluvia sobre nosotros, me fui pronto a jugar a tenis con Warren (mi nuevo amigo) en las pistas que hay en Anderlecht. Buenas pistas, mal tiempo, partido terrible. A pesar de estar increíblemente igualado (llegamos al 4-4) el viento, el frío y el hecho de que estaba medio lloviendo hicieron imposible dar más de nosotros. A la hora y media nos rendimos, hicimos el petate y nos fuimos a casa. Cayó siesta de hora y media después de comer, como hacía años que no me la echaba, y el sábado continuó de manera traquila e inalterable. Cenamos ensalada y chocolatinas y nos pusimos a ver Abbot Elementary y montar mi JollyLook.
Los puzzles para mayores geek son una pasada, pero jodidamente difícil. Ya hablaré más en detalle de esta cámara y el proceso de montaje, pero se nos hicieron las 2 de la madrugada, llevábamos dos horas sin parar la serie y lo dejamos para el día siguiente. Abbot Elementary es esa serie graciosa en la que todos los personajes te caen bien, todos los gags son parecidos y puedes tener en un segundo plano. Algunos chistes son muy buenos, aunque la media es de "feel good" y acabamos viendo el crossover con "It's always sunny in Philadelphia" y nos encantó. No voy a pedirle mucho más a la vida la verdad, una serie y un sábado tranquilos.
El domingo, a pesar de mi reticencia y odio al séptimo día de la semana, fue el mejor día. Terminamos la JollyLook, estuvimos probándola y viendo como sacaba fotos por arte de magia, y literalmente me he quedado embobado varias veces. Necesito explicarlo bien porque es una experiencia totalmente nueva pero solo diré que ver como salía una foto instantánea de una cámara que acabábamos de montar entre los dos es una experiencia increíblemente satisfactoria.
Luego por la tarde me decidí a probar si la Fujica AX1 tenía los sellos de luz bien vistos. El jueves pasado aproveché que no tenía muchas cosas que hacer y reparé de nuevo los sellos de luz, y al final pude probar y he tirado un carrete entero. Estaba tan ansioso que a las 22:30 y mientras instalaba Windows en mi viejo Mac Mini me he puesto a revelar el carrete y, para mi sorpresa, parece que he revelado de categoría y no he visto signos de filtros de luz en ninguna foto. Increíble. Y eso que eran fotos con poca luz.
¿Y porqué poca luz? porque hemos ido al circo. Elsa nos invitó a ir. El circo se llama "I love you" y es un espectáculo para todos los públicos, con banda en directo y sin maestro de ceremonias. De nuevo, tengo que explicarlo bien. Pero he probado la cámara con acróbatas saltando, dando volteretas y haciendo sus cosas. Literalmente una experiencia. A pesar del calor. Una carpa sauna. Después al salir hemos pasado por delante de un vintage y he encontrado una Canon EOS 500N a buen precio y hemos pillado un par de cosas más para acabar la tarde volviendo a casa dando un paseo.
Por último, le voy a enviar mi viejo Mac Mini a mi madre para que lo use. Iba a montar un servidor NAS pero ella le puede sacar más partido. Además le iba a dejar Mac OS y hacer una guía cuando me he acordado que es procesador intel y puedo instalarle Windows así que ahora no tendré que dar soporte técnico para usuarios nuevos en Mac a mi propia madre. Ella gana y yo también.
Ha sido un finde intenso. Nos visitó Crystle. Hicimos una pequeña reunión con buenos amigos y presentamos la casa en sociedad. Hice tortillas, bien ricas y gordotas para todos. Se me hizo un pastel por mi cumple pero prohibí que nadie cantara la canción del cumpleaños. Tengo muchos dilemas en la cabeza como para decidir a donde miro de manera rara cuando mis amigos me cantan y miran todos a la vez. Odio la atención no merecida. Pero odio más cumplir años como ya he dicho muchas veces.
En cualquier caso, que esta manera grumpy de expresarme no tape mi entusiasmo. Lo pasamos de puta madre.
Estuve todo el viernes trabajando como el buen amo de casa que aspiro a ser. Mientras mi preciosa esposa estaba en una fiesta, yo cocinaba como un loco. Me encanta cocinar. Me encanta hacerlo para otros, y me encanta ser un buen anfitrión. Me viene de familia, mi madre siempre ha sabido cobijar a mis amigos, mi familia y casi a cualquiera, cuantos más, mejor, por lo que siempre ha sido algo natural montar fiestas en mi casa.
Hice hojaldres con queso, hummus casero y las mencionadas tortillas. Todo fue un éxito, pero mi juicio me falló al calcular cuántas amigos pasarían por la fiesta y sobró comida así que tendremos Hummus hasta junio. Presentamos la casa, nos regalaron plantas y luego fuimos al pride. Me sentí arropado como el que más y amo a todos los que atendieron la fiesta, a todos los que me encontré en el pride y, en general, a todos mis amigos.
Nos retiramos pronto. Vimos eurovisión y nos fuimos a dormir. Hoy por fin saqué un rato para arreglar los sellos de luz de la Fujica AX-1 y ahora tengo que probarla. También he jugado de nuevo a Hades que tengo aparcado desde hace un buen tiempo (tengo que jugar más) pero ha sido un finde social e introspectivo.
Volví a sentir ese optimismo del que hace un año hacía gala en casi cada mensaje de WhatsApp. Los ánimos han estado regulares desde Marzo del año pasado. La ansiedad me ha acompañado más de lo que me gustaría. Momentos increíbles, viajes, nuevas experiencias y nuevas amistades rodeadas por la siempre presente amenaza de la ansiedad. Xanax haciendo su aparición de nuevo 6 años después para mantener el tipo y unos meses en los que a pesar de que lo intento no consigo dar con la tecla de que me pasa. Y este fin de semana ha sido casi perfecto. Faltaron algunas personas a las que aprecio pero estuvieron en espíritu.
Tengo que seguir indagando hasta llegar al fondo de la cuestión de esta reciente oleada de ansiedad. Creo que está ligada a mi trabajo. Pero nunca había tenido tal cúmulo de ansiedad perpetua y no puedo depender del Xanax para vivir mi vida diaria. Quizás tenga que volver a terapia.
En este blog hablo de fotografía, tenis, cultura pop, ansiedad, vieojuegos, música o cine.
Mi nombre es Carlos, aunque mi madre me quería llamar Isidro. Nací en Sax, creé mi primer blog en 2007
y tuiteé peligrosamente durante muchos años. Estudié ingeniería informática en Valencia y trabajo como
ingeniero desde 2015. En 2023 me mudé a Bruselas y cuento la experiencia desde este blog.
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