Carlos Draper Giggs

Make software great again

Soy Carlos Draper Giggs, ingeniero de software. Llevo desde 2015 diseñando, implementando y desplegando software, principalmente cloud-first. Manejo diferentes stacks tecnológicos, por lo que me considero agnóstico tecnológicamente. En esencia, no sé si existe la solución perfecta, pero sé que existen soluciones concretas a problemas concretos.
Carlos Draper Giggs
30 de mayo de 2023

El caso del votante de derechas

No hay votante de derechas convencido. Hay votante derechas ignorante o mala persona. No existe explicación posible para que alguien vote a la derecha por otras razones y de este burro no me bajará nadie.

Acérquese querido lector. Para el siguiente truco necesito que piense en alguien cercano que vote a la derecha. En pocos minutos sabrá qué tipo de votante de derechas es: mala persona o tan solo un ignorante.

Alguien que vea los avances progresistas y los viva en su piel como el aumento del salario mínimo, las ventajas fiscales a las clases medias, el intento de control a empresas y grandes patrimonios y al acudir a las urnas vote a la derecha porque todo eso no le gusta, puede que sea porque no sabe que esas políticas le benefician o puede ser que simplemente piense que la derecha le mantendrá esos beneficios y no los tiene en buena estima. Puede que desconozca todas estas medidas, puede que no haya escuchado nada o le hayan engañado en la radio y la televisión. No saber qué defiende cada voto o en qué clase te encuentras aspirando a poder beneficiarte de las políticas de los partidos que te van a joder seguramente hasta que te mueras. Ignorancia de clase. En cualquier caso: es ignorancia. No saber lo que votas o porqué lo votas es ignorancia. Primer tipo.

En el otro caso está lo peor: ricos, privilegiados y convencidos anti humanistas. Casi salidos de la trilogía de los tres cuerpos, personas que no creen en los derechos de personas LGTBI, en los derechos de la mujer o en la propia clase media en su conjunto: racistas, machistas o xenófobos, nazis y personas contrarios a una sociedad diversa, multicultural, avanzada y progresista. Si son ricos tienen un interés oculto en su voto, ya sea económico o puramente conciencia de clase pero si no lo son es porque no son personas en las que confiar. Tienen prejuicios, sienten odio y desprecio hacia otras personas, pensamientos, sexos, razas, etnias o religiones. ¿Quién apoyaría de manera consciente que niños refugiados sean hacinados en centros de detención y llamados delincuentes y vagos mientras les culpas de quedarte sin trabajo? ¿Acaso se puede confiar en alguien tan falto de entendimiento? Es odio personificado. Segundo tipo.

Ahora analiza fríamente a cualquier votante de derechas que conozcas. Dime si no caben en alguna de estas dos descripciones. Lo más probable es que lo haga porque simplemente es alguien ignorante: no sabe lo que vota, no entiende lo que vota, está mal informado o desinformado, le han comido la cabeza o tiene preocupaciones más importantes. De este primer tipo se puede salvar a mucha gente. Nadie en su sano juicio votaría conscientemente a la derecha, siempre que no sea mala persona. La culpa de que esté ahí es compleja, pero es de todos, en conjunto. Mía, tuya, suya, de este artículo, de los medios de comunicación, de los partidos: de todos. Si es ignorante, se le puede informar y que elija su voto de manera informada. En el peor de los casos es una persona terrible y no hay nada que hacer.

Descubrámoslo. Informemos a nuestros votante de derechas favoritos. Expliquemos qué significa cada voto y dejemos que elija. Puede que haya mucha más ignorancia de la que pensamos.

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