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Una cala

Carlos Draper Giggs
24 de septiembre de 2024

Una cala

Después de un trayecto marcado por la negativa de los griegos a obedecer las normas más básicas de circulación, llegué a Elounda, un pequeño pueblo de pescadores a través del cual se puede llegar a la península inhabitada de Kalydon. Allí se encuentra la cala Kolokitha, llamada así por los restos de una antigua capilla con el mismo nombre.

La playa del hotel no me termina. Está repleto de parejas y de familias, lo que ahonda en mi crisis existencial de este viaje que es: "¿Puedo de verdad ser tan guay como para viajar solo o es solo un anhelo de una facción de mi personalidad que nunca estará presente por mucha terapia y trabajo de autoconocimiento que haga?".

Dejé el coche a unos 4km de allí, antes incluso de cruzar el estrecho camino que une Kalydon con Elounda, decido a dar un saludable paseo a las 12 del mediodía con tan solo treinta agradables grados centígrados. El trayecto del pueblo hasta el estrecho paso está repleto de restaurantes y pool bars con más aura de trampa para turistas que de auténtica comida griega. También hay diminutas playas (casi improvisadas) en las que turistas se tuestan al sol durante casi todo el año y algún que otro hotel o edificio de apartamentos.

El estrecho paso en sí es interesante. Es como estar en las lagunas de Torrevieja. Dependiendo de dónde sople el viento encontrarás que las olas rompen y mojan la carretera a pesar de ser aguas con menos de 1m de profundidad. En cualquier caso, continuo mi camino coon la sensación en todo momento de estar visitando unas lagunas o algo así. Cuando llego al otro lado me doy cuenta de que hay un fantástico parking cerca de unas ruinas antiguas. También información sobre rutas de senderismo. Paso de todo, continuo con mi destino en mente: la playa de Kolokitha.

El sendero que lleva a la playa es sencillo, se puede hacer en coche. Me cruzo con varios de camino tanto a la playa como de vuelta y entre medias encuentro diferentes calas aun más escondidas y desiertas. Me acuerdo mucho de mis aletas, mis gafas, mi tubo y mis escarpines. Ojalá me los hubiera traído. En cualquier caso, continúo y cuando llego al punto más alto del recorrido, veo que también hay algunas plazas de parking en lo más alto para el turista vago y cansado. En cualquier caso, admiro la vista que tengo cuando llego allí. Lamentablemente, solo tomé fotos con mi cámara analógica, así que las veremos en un mes. Antes de empezar a descender, a la izquierda, veo una antigua y diminuta capilla, la capilla de San Lucas. Según Google y la Lonely Planet, es interesante. De hecho podría haberla visitado, pero el calor apretaba y necesitaba un baño.

Desciendo el camino hasta la playa. Veo un enorme barco a lo lejos. También escucho sonidos provenientes de la playa cercana. Es común alrededor de la península ir en barco hasta una playa o hasta simplemente estar a unos cien metros para pegarse un baño o hacer snorkel. No es mi estilo, pero no parece mal plan. En cualquier caso, termino de descender y me encuentro con una diminuta cala de no mas de 15m de largo, con no mas de 10 personas que hacen que no haya mucho sitio donde estar. Me coloco, me pongo el bañador y me lanzo al agua. Vuelvo a recordar mis escarpines, hay rocas, cómodas, pero rocas. Y, joder, gente haciendo snorkel. Debería haberme leído la guía hace mucho tiempo, habría venido mucho más preparado. En fin, qué le vamos a hacer.

El chapuzón me sentó entre muy bien y excesivamente bien. Desde el mar (literalmente 20m dentro de la playa porque al ser de rocas era sencillo que el agua cubriera) observo a la gente. No hay nadie que no esté en pareja. No es algo que me diera cuenta inmediatamente. Cuando digo que éramos 6 parejas y yo, no exagero, es que las conté. De ahí me puse a pensar en algo más. ¿Tan raro es ir de vacaciones uno solo? Sé que no es el plan que uno escoge normalmente (no se si yo me animaría otro año a hacer esto) pero era algo que quería hacer y, ahora que estoy aquí, creo que no tengo claro que sea lo más óptimo para mi. no digo que no fuera yo a un surf camp o a un tenis camp, pero la manera en que me he organizado esto no es la más óptima. El viernes creo que me iré a hacer un bautismo de buceo (si mi tobillo aguanta, otra historia) y en realidad una de las cosas que más quería hacer aquí era hacer fotos y disfrutar del paisaje. El resort también es algo que no termina de encajar con mi forma de hacer turismo.

Después de un rato la playa se vacía y el barco que estaba amarrado en la cala vecina sale y se va. Al rato, otro barco idéntico atraca y la playa se llena de nuevo. Como una marea, turistas van y turistas vienen. Todos alemanes salvo una pareja de americanos. En cualquier caso, para entonces ya son pasadas las dos de la tarde, por lo que tengo que recoger y volver.

El camino de vuelta se hace más corto. De camino al coche recuerdo que apenas no he comido nada así que paso por un supermercado local para comprar provisiones y algo más de cerveza. De camino al hotel una de las cervezas explota en el maletero poniendo el riesgo la fianza. En fin, no me quejo. Llegué a tiempo a la clase y el chapuzón estuvo de locos.

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