Respuesta corta: si. Respuesta larga:
La ingeniería del software es un trabajo. Como en cualquier trabajo se trabaja ocho horas, tienes tus vacaciones pagadas acorde a tu convenio, tus horas establecidas y tienes unos compañeros determinados. Yo entiendo que trabajar como ingeniero no es diferente a trabajar en cualquier otro sitio. Vendes tu mano de obra por X dinero e intentas desarrollar tu trabajo como mejor puedes. Hay días buenos, hay días malos y hay días grises. Pero es un trabajo.
Cuando llega la hora: recoges, apagas el ordenador y te vas tan tranquilo a pillar el siguiente metro que sino no te da tiempo a ir al Carrefour. Luego descansas y al día siguiente la misma cantinela hasta que llega el fin de semana. No es diferente a ningún otro trabajo y no se le debe exigir a nadie más que hacer su propio trabajo. Por desgracia, me he encontrado con personas (muy motivadas) que quieren hacer creer que no es así.
La programación es un trabajo complejo, como podría serlo cocinar en un restaurante o cuidar a personas mayores. Requiere un set de herramientas sociales y técnicas limitado y se compone esencialmente de realizar trabajo repetitivo acorde a ciertos patrones y siguiendo unas pautas pero teniendo la capacidad para improvisar cuando haya alguna movida que se sale de lo normal. Ni más ni menos.
Como en cualquier trabajo hay gente que está de manera vocacional y gente que está porque es un trabajo cómodo, está bien pagado, hay buenas perspectivas de futuro y no parece que vaya a haber escasez de demanda laboral a medio plazo. Se conoce gente nueva, se aprende, se resuelven problemas complejos y difíciles, encuentras un ambiente dinámico pero, como en todo sector, en ocasiones te encuentras a gente que quiere convertir este trabajo en algo especial.
No es esta una disertación sobre lo difícil que es programar o ser buen ingeniero (ni de puta coña) sino simplemente un aviso a aquellas personas que desde fuera (o acercándose porque quieren dedicarse a esto) ven a los ingenieros como personas ultra motivadas y volcadas con todo lo que rodea a la profesión.
No te tiene que apasionar programar para ser un gran ingeniero, en todo caso no lo tienes que odiar. Es decir, la ingeniería informática se basa, principalmente, en resolver problemas y construir soluciones. Siempre, por el resto de nuestros días, nos dedicamos a eso, pero no porque no te guste hacer puzzles en tu tiempo libre dejas de hacerlo si te pagan 400€ al día. Si odias hacer puzzles es probable que tengas tus reticencias a hacerlo 8 horas al día durante 35 años, pero si no es así sigue siendo una buena opción laboral. En mi opinión hay que entender que un profesional no vocacional siempre puede ser un gran profesional.
Abrazar la programación con pasión y dedicarse en cuerpo y alma a ello está bien, es un bonus track, algo que seguramente te enseñe y te ayude a mejorar, pero no es algo imprescindible. Primero: porque no todo el mundo lo necesita, segundo: no es este un mundo en el que podamos dedicarle 2h extra al día a aprender nuevas tecnologías, nuevos patrones de diseño, ir a cursos, eventos o desarrollar side projects. Exigir cualquiera de estas cosas es bastante clasista y no determina la capacidad o profesionalidad de nadie.
De verdad, es que cansa un poco eh.
@shanselman #stitch with @pgt__ ♬ original sound - Scott Hanselman
Si un ingeniero es mal ingeniero no es por problemas de vocación o dedicación extra, sino por muchos otros factores y problemas que hay que analizar. Igualmente, que un ingeniero esté turbo motivado y quiera hacer mil cosas y probar mil tecnologías y tener mil años de experiencia laboral tampoco lo convierte automáticamente en un buen ingeniero. Abracemos a todo el que se acerque a la profesión, ya sea por vocación, dinero, pasión o porque le gusten resolver puzzles por 400$ al día.
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