Hace una semana que volví de Creta. Aun no he podido hacer una reflexión seria del viaje conmigo mismo. No me ha dado tiempo. Ni siquiera he podido analizar todo lo que pasó y todo lo que hice. Estuvo bien, pero tampoco genial. Me alegra haberlo hecho, pero no lo volvería a hacer. Aun no se muy bien todo lo que está pasando a mi alrededor después de las vacaciones. Volví y rápidamente había perdido todo el buen rollo mediterráneo que tenía encima.
Me quedé sin buen rollo, sin tranquilidad y con la ansiedad aun peor. Creo que tengo la peor época de crisis de ansiedad desde 2018. Literalmente me dan escalofríos de la ansiedad y me han recetado Xanax, pero pensaba que para entonces, con las vacaciones terminadas, estaría recuperado y mas chill. Pero no es así. Tampoco llegué a descansar y la verdad que aquí un poco de lo mismo. Ahora mismo he empezado a prepararme una carrera que tengo a finales de octubre (si, de correr) y también quiero empezar Crossfit otra vez. He empezado las clases de neerlandés de nuevo y también tenis. He dejado de pagar trasporte publico e iré en bici a todos los sitios aunque, eso si, he pedido el extra eléctrico por si acaso: cada vez que tengo que subir una cuesta y me pongo a sudar a pesar de estar a 9 grados me acuerdo de lo mucho que estaría sudando en Valencia de la misma manera, no porque haya cuestas también, sino porque siguen a 30 grados centígrados.
Por otro lado, el trabajo no me da un respiro y estoy cerca de matar a alguien. Me intento consolar pensando que ahora tengo por fin tres meses sin un viaje, sin planes y sin nada que me haga salir del país. Literalmente, desde Octubre del año pasado que no dejo de viajar. Noviembre París, diciembre España. En enero España de nuevo para fiestas de Moros y Cristianos de las que volví en febrero. Después en marzo volví para fallas y en abril fui a una boda a Valencia. En mayo fuimos a París, en junio me fui a Londres, en Julio volví a España, en Agosto fui a España y a Escocia, y en Septiembre he ido a Grecia. Un año sin parar. Un año sin estar más de 4 o 5 semanas en Bruselas. Solo espero poder descansar, quedar con gente aquí en Creta, no salir del país hasta navidad y poder comer el desayuno mensual que me he perdido tantas veces. Ojalá.