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La experiencia Döner kebab al borde del Rin
2 de junio de 2025

La experiencia Döner kebab al borde del Rin

Hemos pasado unos días en Bochum, Alemania. Al oeste para ser exactos. Entre Dortmund, Gelsenkirchen y Essen. Rodeados de fábricas, minas de carbón y los ríos Ruhr y Rin. La Alemania más working class. La Alemania donde creció mi chica. Escribo estas líneas en el viaje de vuelta, en el que posiblemente sea uno de los Flixbus más trashy de la historia.

Hemos pasado un fin de semana de semi relax, hablando con la familia de Liv, comiendo mucho pan terriblemente bueno y adictivo, dando paseos, visitando Bochum y a unos amigos en Düsseldorf. Y también se ha comido Kebab, en una cadena homenaje a “La casa de papel”. En serio. También hemos estado cantando mucho “Esa Diva” de Melody gracias a que Inés y otros amigos nos han mantenido al día del drama.

La cuenca del Ruhr es una cuenca minera en la que destacan varias poblaciones que conocerán por sus equipos de fútbol como Dortmund, Essen (Shalke 04) o la población de mi chica, Bochum. Cerca también queda Leverkusen aunque ya no es parte de este estado. 

Esta zona de Alemania es a la vez gris como el carbón y verde como la transformación en los tiempos post-extracción. Es increíble la cantidad de espacios verdes que componen y rodean estas ciudades que conforman una metrópolis en forma de banana. Muchas de las colinas que hay alrededor son artificiales, formadas a partir de todos los sedimentos extraídos de las minas y que han acabado formando parques, zonas de descanso, picnics y, en general, zonas verdes que inevitablemente transforman por completo lo que antiguamente eran simplemente ferrocarriles, canales, chimeneas, grúas y demás.

Bochum y las poblaciones cercanas tienen metro y trenes que las conectan. Bochum tiene parques llenos de árboles, lagos y un foco de alergias terrible. Tiene una universidad importante y un centro en el que la población india y árabe se hacen notar. Hay buenos cafés y tiendas multiculturales aunque el encanto yo lo encuentro más en los espacios verdes más alejados del centro. En cualquier caso es una ciudad europea y cuenta con todo lo que las ciudades europeas tienen: el río, el puente viejo que todos aman, el puente nuevo que a nadie gusta, el centro financiero, el barrio hipster, la zona universitaria… os hacéis una idea.

El jueves apenas salimos porque el plan era llegar, descansar y cenar. El viernes sí que fuimos a dar un paseo desde la casa de Liv al centro paseando por mucha zona verde, alguna colina artificial y el paisaje minero de fondo. En el centro visitamos varias tiendas -shoutout a Ideee y la tienda india del centro por que son visitas siempre necesarias además de hurgar en los descuentos de TKMax - y nos volvemos a descansar a casa. Aprovecho el paseo desde las afueras al centro para hacer muchas fotos y hasta se improvisó una sesión a Liv en unas esculturas que encontramos por el camino.

El sábado nos fuimos a Dusseldorf a ver a unos amigos y a que yo pueda seguir gastando dinero en los carretes de fotos. Obviamente, una visita a Alemania no estaría completa sin comerte unos retrasos en el tren de la muerte. Por suerte todos los trenes iban con retraso así que, realmente, no había retraso, simplemente esperas a coger el tren antes del tuyo. Llegamos y paseamos por el barrio asiático (bastante impresionante) y nos dirigimos al centro viejo. Recogemos a nuestros amigos, compramos prosecco y unos snacks y vamos al Rin a hacer un picnic.

El Rin es uno de los ríos más importantes de Europa. Es navegable a su paso por Dusseldorf y es alucinante. Estuvimos tomando algo entre los dos imponentes puentes que salvan a la ciudad de estar desconectada por el río. Hice fotos, vimos el barco discoteca, observamos la tormenta que se acercaba por el horizonte, nos fumamos un porro sin niños delante, nos terminamos la botella de prosecco y, cuando comenzó a llover, nos fuimos en busca de un sitio en el que cobijarnos.

Nuestros amigos nos llevaron a un garito en el centro desde donde vimos que la lluvia iba a parar en un rato. Cócteles, risas y nos fuimos de camino a terminarnos el prosecco donde habíamos estado antes cuando la lluvia decidió dar un respiro. Unos vasos más de prosecco, algunos snacks más y vemos que la tormenta es más grande de lo que pensábamos. Hay que refugiarse antes de que empeore mucho así que vamos a que el que escribe estas lineas pruebe la experiencia Döner de Dusseldorf. “Haus des Doners” es una cadena de kebabs con ambientación “La casa de papel”. Ambientación no tienen mucha, la verdad, aunque mantienen el logo y los colores. En cualquier caso tiene mejor pinta que la cadena de kebabs de Podolski, aquel jugador de fútbol.

El kebab está bueno. A ver, estaba medio borracho y fumado como un gorrino, pero el kebab llevaba medio kilo de cilantro y cebolla y me lo acabé, así que bueno tenía que estar a la fuerza. Después de la experiencia, nos fuimos a coger el metro para ir a la estación de tren y volver a Bochum.

Cuando llegamos a casa, la tormenta estaba en pleno apogeo. Litros y litros de lluvia, rayos, truenos, viento... fue como si la climatología la estuviera dirigiendo mi estómago después del durum. Llegamos a casa algo empapados y acompañé a los padres de Liv con una cerveza de sobremesa tardía, para el estándar Alemán (He de recordar que todo esto pasó super pronto,  aún no eran las 23:30). Terminarnos las cervezas y el crucigrama del New York Times juntos, así que decidimos irnos a la cama.

El domingo me levanté con una resaca 3/10. Leve dolor de cabeza que sabía iba a desaparecer en poco tiempo. Desayuno alemán, contundente, con mucho pan y mucha mantequilla. También queso y charcutería. Café, huevos... es que de todo. Es de las adopciones culturales que quiero en mi casa.

El día no dio mucho de si. Si, fuimos a ver el jardín urbano de los padres de Liv. Y sí, fuimos a comer tarta y beber café con la abuela. Y si, luego estuvimos una hora esperando el bus que venía con retraso. Y si, ha sido un fin de semana excelente. Mucho chill, mucha búsqueda de similitudes entre alemán y neerlandés y mucho pan de pretzel. Ojala encontrar pretzels en Bruselas.

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¿La de descansar te la sabes?
5 de mayo de 2023

¿La de descansar te la sabes?

Llevamos unas semanas de no parar. Hemos estado haciendo muchas cosas, conociendo gente, atendiendo charlas viendo qué onda con la casa, arreglando movidas y, bueno, viviendo un poco la slow life habitual. Fines de semana tranquilos y muchas cosas que hacer en una ciudad nueva. Me encantan los hikes, no lo voy a negar. Suficiente para apuntarme al medio maratón andando con mi prima emulando el sketch de Pantomima Full pero mucho más sudado.

Una de las cosas que me pasa con todo es que no puedo dejar de hacer cosas y ya no sé descansar o estar sin hacer nada, ya no por un tema de capitalismo sino por un terror atroz al vacío perpetuo de la muerte que hace que quiera seguir haciendo cosas sin parar como pizzas caseras sin gluten, ir al ballet o probar bumble para hacer amigos.

Si, como lo oyes, nos dejamos caer por el Forest para ir a ver el ballet del lago de los cisnes. Al principio creíamos que era un polideportivo (terminó confirmándose que era algo así como una cancha de baloncesto) pero era con orquesta en directo y con varias decenas de bailarines por lo que fue una experiencia interesante. El ballet es icónico y era la primera vez que iba así que todo salió guay. Ese día arreglamos la terraza para que nuestros gatos puedan salir sin escaparse pero no lo hicimos bien y casi se nos escoña un gato. Tendremos que mejorar.

En otro orden de cosas, desde principios de abril ya puedo facturar y trabajar por mi cuenta en Bruselas pero aun estoy esperando que me den mi maldito DNI. Estoy escribiendo una entrada diferente explicando las mil movidas por las que ha pasado nuestro pequeño estudio, pero Dunkelheit & Draper BV es una realidad y tuvimos que celebrarlo por todo lo alto.

Como nos gustan las experiencias gastronómicas diferentes (en realidad no) reservamos con varias semanas de distancia en Old Boy, uno de los mejores restaurantes asiáticos de Bruselas. Por la noche tiene un menú degustación por 50€ pp bebida aparte que nos encantó. Son 5 platos y postre, originales y con los que pruebas tanto baos, croquetas, noodles o gyozas, todo con un toque personal, una fusión de estilos y un picante bastante heavy que nos encantó, la verdad. Recomendable, tienen también Lil Boy en el que hacen reparto.

También se ha trabajado el museo del diseño. Bastante guapa colección de muebles hechos con plástico, lo que se conoce como plasticoteca con una colección de Kartell bastante tocha. Está al lado del atomium así que volvimos por aquellos lares realmente. También hemos estado dándole duro al crossfit. Muy duro. De hecho, tenemos ya la cuota ilimitada por lo que en principio deberíamos estar yendo casi todos los días pero cuesta bastante. Obviamente hicimos un pedido a MyProtein para comprar dopaje, sobretodo el bote de 1Kg de mantequilla de cacahuete.

En el orden natural de las cosas, el otro día hicimos un hike de 27Km que también quiero plasmar en otra entrada, probamos a hacer una pizza casera sin gluten que salió bastante bien a pesar de no tener rodillo y esta semana me apunté a ver una serie de cortos suecos en el Brussels Short Film Festival que también merecen su propia entrada. Hemos estado visitando vintages, si, de muebles, el maldito Troc y ahora no sabemos si seguir comprando en IKEA, pero probablemente lo sigamos haciendo porque para traer esos muebles hay que llamar a un elevador externo.

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Visitas y rutinas
14 de marzo de 2023

Visitas y rutinas

Hemos tenido visita. Mi madre y mis tios. Ha sido todo muy rápido y no ha estado nada mal para ser la primera. Nos hemos encontrado con que la habitación de invitados no tiene tan buena climatización como el resto de la casa y que muchas de las cosas que compramos no han salido bien así que bueno, cosas que pasan. Dieron el OK a la casa y los días que durmió mi madre aquí se me han pasado volados. A cambio nos ha traído un cargamento de queso, jamón serrano y lomo.

Por si fuera poco, estoy con movidas del banco para abrir la cuenta para la empresa. He tenido que hacer mil trámites para conseguir una cita en la oficina y poder abrir la cuenta que me permita, por fin, abrir una cuenta y tener todo listo para darme de alta como empresa. Una movida, esperemos que valga la pena. El jueves tengo cita en el banco, ya veremos.

Ayer empecé clases de tenis en el club de tenis Bois de la Cambre. Como no hay casi espacio para clases de grupo he tenido que empezar con un profesor particular, y Kevin, mi profesor, es una puta máquina y controla bastante. Machacamos el revés y le dimos duro en la primera mañana que cogía la raqueta en casi 3 meses. Hoy tengo agujetas pero como estamos pagando el mes de Crossfit no podemos dejarlo de lado así que #prayForCarlos.

Esta semana continua con visitas de amigos y una excursión a Brujas, pero la semana pasada estuvimos viendo la posibilidad de irnos a Gante sábado o domingo. Es una excursión de un día y no está muy lejos en tren, sin embargo algo llamado cansancio acumulado y un juego Hogwarts Legacy impidió que nos moviéramos del sofá en todo el domingo por lo que acabamos tirados en el sofá prácticamente todo el día. No está tan mal, podría haber sido peor.

Dando vueltas me di cuenta de muchas cosas que quería hacer. Al final es bastante triste que estemos todos los días haciendo planes de futuro y listas de cosas por hacer y no acabemos haciendo nada. Entiendo que mi personalidad es bastante desastrosa cuando tiene que focalizarse en un objetivo porque tengo un trastorno de déficit de atención galopante, pero quiero tener la sensación de que cada semana que pasa es una semana vivida, no un difuso recuerdo del tiempo pasado sin hacer nada de sustancia vital. Lo de mezclar recuerdos de diferentes fines de semana ya me ha pasado y lo he hablado por aquí en alguna ocasión.

Lo hablaba de nuevo con un amigo el otro día. Que pasen los fines de semana y no haya pasado nada de sustancia que le de un significado vital me aterra y cabrea de manera terrible. Por eso necesito hacer cosas. Ni siquiera relativizarlas en formato de productividad, quiero vivir, no sacar provecho al tiempo libre. Tengo que seguir haciendo cosas y creando memorias. Voy a llevarme una cámara a todos sitios. Porque si, tengo más fotos por subir y por revelar. Prometido que las subiré y dejaré de dar la turra.

Recomendaciones en esta semana de visitas

La verdad que el tiempo de esta semana ha sido un poco mierda pero hemos podido ir a muchos sitios con mi madre y mis tíos. Visitamos el museo del cómic, que parece que están remodelando o algo porque no hay mucho que ver, comimos ramen calentito en Menma al lado de St Catherine que recomiendo mucho, descubrimos un libanés cerca de casa muy rico, Mount Lebanon, y por fin nos lanzamos a comer comida típica belga en In't Spinnekopke.

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