No creo que haya lucha más justa que la lucha palestina. No conozco a nadie con humanidad que defienda a Israel. Ni siquiera a mi amigos Shafik, Israelí. Creo que es una lucha justa, necesaria y digna. Y, pase lo que pase con Gaza, el West Bank y, en general, con la causa palestina, nunca dejaré de estar a su lado. Cualquier concesión a Israel es una concesión al mal más perverso e inhumano. Y, ahora, hablemos del fin de semana.

Llevaba tiempo sin salir de fiesta y este fin de semana lo hice dos veces. El viernes fuimos a casa de mi amigo Ajay, daba una fiesta de esas de las que se ponen a cantar canciones y montan básicamente una Jam session. Estuvo guay, el ambiente era un poco... no era lo nuestro. Por lo que a las 2 estabamos en la cama recogidos. No fue nuestra noche, pero nos lo pasamos bien igual.

El sábado por la mañana se descansó. Liv se levantó regular, un catarro de esos, y yo me levanté con energía pero con una tarea: comprarme, después de un año planeándolo, dos raquetas nuevas. Con la de ansiedad que me provoca hacer estas cosas, me armé de valor, fui a la tienda en bus (estaba lejísimos) y compré las raquetas. Para llegar tuve que esperar casi treinta minutos para cuadrar los buses y demás. Para volver otros tantos. Pero para comprar dos raquetas nuevas tardé unos 3 minutos. Y dio tiempo para crearme una ficha de cliente.

Por la tarde teníamos open air en Congress, muy cerca de donde vivíamos. Liv se retiró por precaución. Yo me lancé a la piscina con compañeros de Royale y Juliette, una amiga que conocí en el primer año de neerlandés. Tras una cola de cuarenta minutos para entrar en los que se bebió, se fumó y se meó, entramos y se nos hizo de día. Uno de los open air más guapos e interesantes en los que he estado. La energía era espectacular, los DJs estaban poniendo temazos y Miss Kittin estaba haciendo un B2B con un pavo que no conocía pero con el que se pasaban el micro para poner vocales en directo. Un live o semi live o lo que sea tremebundo. Se pasó de locos, mis dieces a la organización, los numerosos baños y a todo el mundo. Que bueno, joder.

Después del buen rato (la cosa acabó a eso de las 10) nos fuimos a cenar a Royale donde cenamos Keufté para reponenernos aunque yo me fui a dormir directamente. Al dia siguiente tenía una cita con la fotografía analógica.

El gear que se mostró el domingo en la Brocante de Mori Film Lab fue guapa. Llegé poco más allá de las 11, tan solo una hora después de que abrieran y ya sabía por los stories de Instagram que la gente estaba a tope. Se llevaron las dos cámaras que había visto en los sneak peak días antes así que me lancé a por las ópticas y las rarezas. Compré dos Polaroid Land Cameras (la 103 y la EE44) que sé que no voy a usar en mi vida (son carretes peel off y ya casi no se producen y los que se producen cuestan 100€ las 8 exposiciones), dos ópticas 50mm M42, una point and shoot Mondicolor AF, una funda, un disparador y un tanque para un carrete. Buena compra.

De la brocante me fui corriendo hasta Royale porque esa tarde nos uníamos a una protesa pro-palestina. Hice muchas fotos (obviamente) que hoy mismo he revelado pero que, lamentablemente, aun no puedo enseñar o hacer nada porque no tengo los medios para ello. En otro momento. Y si quieres saber como me siento sobre este conflicto, vuelve a leer el primer párrafo.

Ah, después de la protesta hicimos Yoga en casa de Pablo. Pablo te quiero.