drapergiggs.com

make software great again

El automático
16 de septiembre de 2024

El automático

Ha saltado el automático, no tenemos luz, y estamos pasando la noche a la luz de las velas. Debería estar haciendo research sobre Creta, me voy este sábado y aun no se muy bien qué hacer, pero de momento me he pasado una hora enseñándole música en Castellano a Liv. Antes, he preparado una sopa de un libro de cocina mediterránea vegetariana que ha salido ultra deliciosa y luego hemos paseado a Jack a la luz de la luna. La luna estaba llena, o sino casi llena, un resplandor blanco imparable iluminaba el cielo, y casi era una premonición de lo que nos venía encima esta noche. Tampoco lo estamos pasando tan mal. Tenemos velas, batería suficiente por suerte y aun tenemos imaginación. Mañana veremos. Por WhatsApp Pablo me comenta que están intentando arreglarlo sin éxito.

Hoy ha sido un buen día. Por primera vez en una seman no he tenido ningún ataque de ansiedad, aunque mis sentidos siguen al 100%. Ahora mismo, estaba lavándome los dientes y he tenido un poco de vértigo. Pensaba que si alguna vez lo tenía sería como los que tiene Lucille 2 en Arrested Development, pero lo que hacen es provocarme una crisis de ansiedad porque pienso que me está dando un ataque al corazón. Menuda mierda de ansiedad. Por lo menos el viernes me voy a Creta y puedo olvidarme del curro unos días. El otro día tuve update de por donde andan mis compañeros de la universidad. Muchos con hijos. Yo venía de coger mi prescripción de Xanax de la farmacia. Lo que son las cosas.

Mañana hago Crossfit y voy a la oficina. Me llevaré el Xanax por si tengo un ataque de ansiedad. Este puto proyecto va a matarme. ¿Debería hacer hikes en Creta si ya voy a jugar a tenis? Yo diría que si. También tengo un lío con los vinilos y digitalizarlos. Aunque es mucho más satisfactorio. En fin, es tarde. Solo quería escribir un poco porque ha saltado el automático y yo creo que nos hemos cargado la conexión eléctrica. Cada vez más díficil que renovemos en la casa. Ojalá Liv consiga trabajo y nos podamos mudar. Aunque de momento, que vuelva la luz y funcione el automático.

Leave a comment
Los treinta y la significancia
14 de mayo de 2023

Los treinta y la significancia

Cumplo treinta años. Supongo que nada cambiará y que todo seguirá igual en los 30 que en los 29, porque en nuestra insignificancia el universo y la naturaleza no tienen preparados un pastel o un festival para cada individuo. En cualquier caso, en lo local, en mi personal rincón del mundo, esto es bastante importante. Veía esta cifra como algo muy lejano, como una época a la que seguramente nunca llegaría o llegaría viejo y cansado. La realidad es que sigo activo, nada ha cambiado demasiado y no creo que físicamente haya estado mejor lo que hace que me de bastante miedo lo que viene a continuación.

¿El declive? ¿Empezar a morir? Cuando tenía 17 años empecé a tener los primeros tiernos signos de que algo me pasaba en la cabeza que me hacía mirar al vacío en la noche con un terror pavoroso a la muerte. Autoexploración, ansiedad, noches de insomnio... siempre he pensado que iba a morir muy pronto, cerca, ya, mañana... de una enfermedad, en un accidente, de una hernia aórtica no detectada... en fin, es algo con lo que he convivido estos años y que supongo me acompañará. Allá donde vaya estará a mi lado para recordarme que ya sean 30 o 40 la ansiedad va a ser algo de lo que no pueda escapar sino reconocer y controlar.

Entonces, ¿qué es lo que haga que la cifra de 30 sea importante? supongo que está muy atado a la cultura popular de autoexigencia y capitalismo interiorizado. Si a los 30 no tienes la vida más o menos planeada es que algo estás haciendo mal. "Has vivido lo mejor de la película, prepárate para la parte aburrida" Supongo que es como llevar más de 3 meses en un trabajo, que la excitación desaparece, sabes como funciona todo y donde se guardan los azucarillos y solo queda aburrirse hasta estar quemado y buscar otra cosa. ¿Empieza entonces la vida a hacerse aburrida? La verdad que siendo una persona con un más que probable déficit de atención o algo así no me preocupa aburrirme porque va a ser complicado pero si que me preocupa que pase muy rápido.

Cuando tenía 4 años, un carro de caballos pasó por encima mío seccionando el hígado, partiéndolo en 2 y provocando una hemorragia interna que me llevaba a la muerte de manera inevitable. Estábamos en el campo, era 22 de Julio y no teníamos coche porque estaba en el taller. En medio del campo, con unos vecinos ausentes, unos padres sollozando y una familia viendo el drama en directo y seguramente preguntándose "¿Qué demonios está ocurriendo?". Mi primo estaba cerca, tenía un golpe en la cabeza, mis padres nos cogieron y nos llevaron en brazos gritando y pidiendo ayuda por el camino de piedras que va hacia mi pueblo a unos 4km. Por suerte, unos vecinos de unas casas más allá oyeron los gritos y cogieron el coche para llevarnos al hospital. Estar gordo me salvó ya que pesando más de 25kg pudieron operarme en lugar de mandarme a Alicante (lo que me habría matado) y 5h después salí de quirófano portando una cicatriz de unos 25cm en dos secciones angulares que me ha acompañado hasta ahora.

A partir de ese momento empecé a obsesionarme con la idea de la muerte, el vacío, la nada, lo desconocido... empecé a tener insomnio y a decirle a mi madre que no quería dormirme por si no volvía a despertar. Esto lo conocí hace poco, no me acordaba de nada de esto, pero no me sorprende. En 2018 con los peores episodios de ansiedad que he tenido tuve el mismo comportamiento. Estoy acostumbrado a lidiar con el sentimiento de que la muerte es inminente, fría e implacable. Cumplir 30 es un recordatorio de que está ahí. Pero ¿tan malos van a ser los treinta? ¿es esto un simple miedo ante algo totalmente inevitable?

Me gustaría ahondar en porqué siento que es importante. Creo que los cumpleaños he empezado a echarlos de más en cierto sentido. Puede que sea miedo a la muerte o puede que sea una sensación de no haber conseguido nada en la vida. Un recordatorio más de que somos insignificantes. Tengo varias carencias de reconocimiento, no se de donde vienen aunque seguramente se remonten a la infancia y adolescencia, sobre las que he construido ilusiones de poder demostrar que soy bueno, que he conseguido algo importante de manera tan vaga y superficial que me da vergüenza admitirlo. Quiero utilizar éxitos superficiales como armas arrojadizas ante todos aquellos que un día de alguna manera dijeron "no es suficiente todo esto que estás haciendo". Reconocimiento puro y duro.

Creo que en los últimos 5 años han pasado tantas cosas que he vivido 3 vidas. Es imposible enumerar todo lo que he hecho, dicho, conseguido o vivido y creo que necesito tiempo para plantearme qué quiero hacer a partir de ahora. No quiero que mi meta sea una lista de deseos en IKEA, en Idealista o en Amazon. Quiero una meta vital personal. No es ser padre, no es viajar a todas las partes del mundo o trabajar en esta u otra empresa. Tiene que haber algo más. Quizá escriba una carta a mi yo de 35 años para ver como van las cosas (y ojalá recibirla).

Pero, ¿Y si no estoy contento? ¿Y si todo sirve para absolutamente nada? Quiero hacer muchas cosas pero también quiero tener un tiempo de meditación, reflejar todo lo que ha cambiado durante los últimos 10 años. Llegaba a la veintena como una especie de incel abocado a ser un eterno weirdo y sintiéndome incomprendido, solo e insatisfecho. Por suerte, por el camino he encontrado seguramente a algunas de las mejores personas que he podido pedir. Amigos, familia y una compañera de vida. Literalmente de las mejores cosas que me han pasado. Son todas esas personas las que enriquecieron la manera en la que entiendo, observo y respondo al día a día. Durante este tiempo comencé terapia, sufrí episodios de mierda, frustración, miedo, rabia y tristeza bastante hardcore.

Han sido años bastante completos. A pesar de la sensación de haber perdido preciados meses en la cuarentena, con decisiones no-muy-acertadas, hay que reflejar también las cosas buenas y hacer un llamamiento a las cosas que están por llegar, las buenas, digo.

Aún no se que meta o propósito o fin puede haber. De momento lo desconozco y no se si algún día encontraré realmente aquello que quite de un plumazo la sensación de no estar viviendo lo suficiente. Como decía más arriba, puede que nunca llegue, así que tengo que aprender a que eso sea también normal. Por el camino, puedo ir haciendo cosas que sí quiero hacer y que puede que me ayuden a encontrarlo.

Por eso quiero hacer una lista de cosas que quiero hacer en los próximos años. No quiero ser grandilocuente ni soñar superficial, simplemente es una serie de cosas sencillas y que sé que quiero hacer o llevo tiempo hacer. No son todas y seguramente me salte muchas pero es una lista. Cosas con las que he soñado, fantaseado o he pensado “esto podría conseguirlo con un vaciador de melones”. Bueno, ya me entendéis. Quizás pueda empezar por ello y luego… bueno, luego ya veremos. Lo importante es ir haciéndola, pensar que llegará la meta y descubriré que era tan importante que no pudiera esperar a cumplir 30 para empezar.

  • Aprender a montar en monopatin
  • Aprender a montar en patines en linea
  • Hacer proyectos DIY de carpintería
  • Volver a pintar / dibujar / hacer manualidades o cosas así
  • Aprender diseño gráfico y carteleria
  • Viajar, así en general, pero volver a las islas canarias y visitar Svalvard estaría bastante guapo además de ir de camping o pasar una temporada de digital nomad
  • Volver a ir de camping en algún momento
  • Respecto al tenis, quiero ir a ver algún Grand Slam y pasar una semana en la academia de Rafa Nadal
  • Hacer surf
  • Buceo
  • Un voluntariado (no sé ni cómo ni cuando ni donde la verdad)
  • En Crossfit me gustaría aprender a subir a la cuerda, conseguir hacer un muscle up y una dominada
  • Conseguir que Dunkelheit and Draper sea una agencia de verdad
  • Hacer un curso se standup comedy
Leave a comment
La movida (de irnos a Bruselas) 3 - Brusealistas
10 de enero de 2023

La movida (de irnos a Bruselas) 3 - Brusealistas

Estamos en Bruselas. Hemos aterrizado en Charleroi, recogido el equipaje, cogido un bus, un metro y otro bus y estamos descansando antes de comenzar mañana nuestra operación Brusealistas: encontrar una casa en los próximos 10 días.

No es una casa cualquiera porque no es un país conocido. El miedo a que nos estén engañando o nos cuelen algo que no queremos o podemos permitirnos es alto, generando mucha ansiedad colateral, además que no conocemos mucho la ciudad y nos tenemos que defender en otro idioma.

En cualquier caso el proceso ya lo empezamos la semana pasada. Empezamos a llamar y contactar con diferentes anuncios y mañana ya tenemos varias visitas en varios pisos. El jueves también tenemos varias agenciadas y el sábado tenemos otra. No vamos a andarnos con rodeos: el primero que nos cuadre será el elegido porque ya hemos hecho una selección de posibles. No son pisos que nos enamoren, pero son pisos posibles: no se van demasiado de precio, están cerca de la comisión y no nos horrorizan. Las tres condiciones que hemos puesto como indispensables. No nos hemos flipado.

Si hace un año me lo dicen… pues a ver, no me habría sido muy extraño porque ya estaba haciéndome mis movidas en mi cabeza, llenando Google Maps de cositas para ver si veníamos, viendo qué escuelas de tenis hay en la ciudad y demás comodidades que disfrutamos en Valencia. Pero estar realmente aquí, preparados para salir a buscar casa, me ha dado algo de paz y ha rebajado mucho los niveles de stress que hasta ayer cuando terminé de empaquetar ropa no había empezado a notar. La mudanza no perdona a traidores.

Ayer estuvimos empaquetando y moviendo cosas, recordando qué hay que hacer, qué hay que tirar y qué nivel de ansiedad tenemos. Estamos en plena transición de una ansiedad sana pero sepultadora a una más ilusionante. La ilusión de un nuevo hogar nos activa pero a su vez nos hace más desconfiados y temerosos. Es la ansiedad ante lo desconocido, más bien un miedo o preocupación a la que está unida de forma inseparable.

En fin, cero dramas: mañana visitar pisos, practicar francés e inglés, negociar contrato, precio, ver si todo tiene su calentador, su calefacción y su lavadora y si estamos a menos de 10km de la oficina de Kalte. Empezamos Brusealistas.

Leave a comment
You only move thrice
31 de diciembre de 2022

You only move thrice

Como la ropa sucia que dejas que se amontone en una silla en una esquina de tu habitación, yo he dejado así un poco el blog este 2022. Pero reconocer los errores es de sabios (o algo así dicen) así que yo he venido a solventarlo con una última entrada sobre la bocina de 2022, ya prácticamente muerto y en descomposición.

Tenía una oportunidad perfecta para documentar todo el proceso y dejar constancia sobre el tema, pero en su lugar me he dedicado a bañarme en contemplación y movidas. En cualquier caso, el hecho es que en menos de un mes estaremos instalados en Bruselas. Con suerte.

Si el que lee esto me siguiese en Mastodon o Instagram, habrá leído que he estado hablando de vez en cuando de las incomodidades de mudarse o la cantidad de cosas que tenemos que vender para sacar un pico que tape alguno de los agujeros que nos está haciendo el proceso en si. Mudarse es difícil, hacerlo internacionalmente con navidades en medios está siendo un suplicio. Por suerte, vemos la luz a través del túnel (porque sino no sería un túnel, sería un pozo).

Hemos dedicado noviembre a hacer cajas y vender muebles y objetos que no tienen cabida en la que va a ser nuestra nueva vida en Bruselas. También ha pasado que llevamos tiempo queriendo cambiar algunas cosas y necesitamos renovarlas. En ese caso tampoco ha habido Merced y se ha ido todo a Wallapop o al portal a la espera de la recogida de muebles del 010.

Las primeras cajas que hicimos fueron las de nuestro estudio: libros, cámaras analógicas, algún cachivache que teníamos por encima de la mesa y demás artilugios que ya no usábamos pero nos negábamos a tirar. Después vinieron las cajas con electrónica, y empezamos a quedarnos sin comodidades sin importancia como videojuegos o alguna consola. Luego vino la ropa, con la que tuvimos que empezar a elegir qué queríamos dar, que queríamos mandar a Bélgica y qué considerábamos vital para seguir poniéndonos. Estábamos entrando en terreno pantanoso. 

Llegaron las navidades y ya habíamos vendido, guardado en casas de parientes o tirado una enorme cantidad de muebles desnudando nuestra casa durante 4 años. En este punto tuvimos que cerrar una fecha con la empresa de mudanzas. Y la ansiedad se intensificó. A falta de 10 días para irnos a Bruselas a buscar una casa y menos de un mes para que llegue el día M de mudanza, estamos continuamente evaluando riesgos, costes, beneficios, afrontando miedos, incertidumbre, despedidas y refrescándonos con ilusiones, esperanza y posibilidades.

Podría haber documentado todo el proceso y haber hecho un seguimiento exhaustivo de cómo iba todo, pero decidí abrazar el presente de la ansiedad positiva, esa que viene de un cambio inminente pero positivo. Es una sensación extraña y prácticamente olvidada debido a la cantidad de ansiedad que en los últimos años han inundado mi vida. Saber diferenciar la normal y coherente de la creada y sostenida sobre falsas creencias es de las mejores cosas que me quedo de los últimos años.

LMAO lo que he escrito. Acabo de volver a esto a las 9 de la noche del 31 y todo siendo demasiado intenso pero es demasiado tarde para rectificar. En fin, que sea lo que 2023 quiera. A la mierda.

Leave a comment
La Oreja de Van Gogh como refugio
3 de marzo de 2022

La Oreja de Van Gogh como refugio

Hablo de caballos y cuadra y se esperan un club de campo no un secarral

La verdad que llevo varias semanas escuchando mucho La Oreja de Van Gogh. Creo que el 20 de Enero vi un par de memes en Twitter y me lancé a escuchar una lista que tengo para estos momentos. Aunque no lo hago por el meme. Soy muy fan de LODVG, de la vieja, la de Amaia, la que acabó con Guapa (y Más Guapa, que siempre cae en el olvido) y tiene seguramente dos de los mejores discos del pop que han salido de Españita siempre.

Mis razones para escuchar La Oreja son simples. Me recuerda a los veranos que pasé en mi campo antes de que la vida se pusiera en modo adulto, me fuese a Valencia y mi padre muriese. Los veranos eran larguísimos, los pasábamos en el campo y durante esos 3 meses mi hermana y yo estábamos solos muchos días. Mientras mis padres trabajaban, nosotros arreglábamos la casa, hacíamos la comida y cuidábamos a los animales. Era en esos días de hacer recados que nos poníamos, en un viejo walkman conectado a un aun más viejo equipo de música, CDs sin parar. Desde Mecano - Ana Jose Nacho a Carácter Latino 2001. También Joaquín Sabina, Ella Baila Sola, Estopa o, por supuesto, La Oreja de Van Gogh.

Creo que en un momento en el que los picos de ansiedad están alcanzando tremendas cotas, es importante tener un refugio mental en el que meterse, encerrarse y descansar de todo. Supongo que habrá gente que se ponga sonidos de lluvia(a ratos a mi me funciona también) o una serie en bucle (culpable también). A mi me funciona ponerme esta música. Me ayuda a recordar que la vida no tiene que ser estresante, complicada, llena de obligaciones y muchas veces viviendo en tercera persona.

Puede que sea un medidor de ansiedad, estrés e incertidumbre, en cualquier caso, estas últimas semanas me encierro en mi refugio mucho y no es que esté la vida para no hacerlo. Guerras, crisis económica, cambio climático, el fascismo ascendente... y nosotros seguimos trabajando de 9 a 5, arreglando bugs y desarrollando features. Mientras el mundo se tambalea yo actualizo un ticket en Jira y le pido a mi PM donde pongo la prioridad. Luego juego a tenis, vamos al cine y cenamos con los amigos.

La vida fuera del refugio no tiene sentido. Aquí dentro tampoco, pero se está más a gusto.

Leave a comment
Trabajar en remoto casi me mata y acabó salvándome la vida
27 de febrero de 2022

Trabajar en remoto casi me mata y acabó salvándome la vida

Gante, una ciudad preciosa.

En octubre de 2017 comencé a trabajar en remoto. En un principio no teníamos oficina, y aquello de vernos a través del recién estrenado Microsoft Teams no parecía del todo serio. Hablábamos mucho de coworkings, oficinas o cómo convencer a dirección de ponernos un piso en el centro. Quedábamos de vez en cuando, nos tomábamos alguna cerveza, nos quejábamos... pero en seguida vimos que aquello eran todo ventajas.

Desde no tener que levantarte a las 7 menos algo hasta poder llevar a los niños al colegio como hacía un compañero, trabajar en remoto nos ofreció infinidad de posibilidades para tener más tiempo libre, conciliar más y, porqué no, aprender a hacer pan mientras trabajas. Me acostumbré en seguida y perfeccioné el manejo de la harina de fuerza.

Cuando llevaba ya unos meses en esa dinámica, empecé a estar cansado de estar en casa. Mi pareja llegaba tarde y, al contrario que a mi que me apetecía salir a la calle, desconectar, pasear, ver gente y entender que la vida seguía, ella prefería quedarse en casa tranquila después de un día de mierda viendo alguna serie o jugando al Tomb Raider. No era de extrañar, yo unos meses antes estaba en el mismo punto.

La falta de una sensación real de desconexión se apoderó de mi. La oficina era mi casa y mi casa era la oficina. Durante unos meses sufrimos un estrés bastante alto: jornadas largas, presión, desarrollos a medio terminar, integraciones con canales oficiales del estado... recuerdo parar en ciertos momentos para hacer pan y realmente no pensar en nada. Ni reuniones, ni code reviews ni programar... simplemente amasar y no pensar. Necesitaba salir.

Me apunté al gym, empecé a bajar a la calle a mediodía, me iba a trabajar a una cafetería, daba paseos por la mañana... intentaba hacer todo lo que fuera posible por salir de casa y mantener la dinámica laboral a la vez. Además se acercaba verano y las vacaciones nos ponían en un aprieto. Pasado lo peor, pude descansar y sentir un poco esa desconexión que la masa de pan no lograba darme.

Tras las vacaciones de verano volví mejor. La desconexión (esta vez de verdad) me hizo más resiliente a quedarme 12h en casa al día. El gym y demás eran la metadona que me mantenían encerrado todos los días negándome la necesidad de una oficina, de pedir algo más de vacaciones, o unos días libres. Todo parecía mantenerse con pinzas hasta que, simplemente, peté.

Puede que fuese una acumulación de varios factores. Teníamos un estrés terrible, tuve problemas con mi familia, problemas con personas cercanas y por aquella época por desgracia también falleció un conocido. Comencé a no dormir bien. Si a estar en casa más de 8 horas le sumas estar hecho una mierda por no haber descansado ni tres horas, aquello era una tortura. Al poco tiempo empecé a tener ataques de pánico por las noches. Dejaba de trabajar y mi organismo explotaba como si no hubiese salida posible. Me imaginaba todo tipo de escenarios que acaban con mi inevitable, rápida y repentina muerte.

Recuerdo que llegó el punto en el que solo podía dormirme cuando, literalmente, me daba igual estar sufriendo un ataque al corazón con tal de descansar de una vez.

Acudí al médico y me recetó antidepresivos y un tranquilizante. Empecé a tomarlos regularmente y dejé de sentir nada. Simultáneamente me fui a trabajar a la oficina de mi pareja: me hicieron un hueco en su oficina y pude salir de casa. Aquello me liberó un poco. Conocer gente, intercambiar un "hola" y un café después de comer fue un soplo de aire fresco. Comencé a ir a terapia, me apunté a tenis y encontré un coworking.

Meses después dejé de tomar medicación. Comencé el duro, arduo y no siempre bonito camino del autodescubrimiento. Entendí que hay muchos factores que pueden provocar ansiedad y que no puedes controlarlos, solo identificarlos y saber que están ahí, acechándote. No puedes controlar la ansiedad, pero puedes aprender a detectarla y saber que es ansiedad. Hablé con un amigo de la diferencia entre el estrés real y la ansiedad. Connoisseur de la ansiedad.

Llegó un momento en el que estar en casa trabajando en remoto durante ocho horas solo era insostenible. La ansiedad que me provocaba estar solo allí pensando que me podía estar dando un ataque al corazón me impedía vivir con sosiego y tranquilidad, vivir en términos generales. El pensamiento cíclico que genera me impedía ver todas las cuestiones subyacentes que lo provocaban.

Trabajar en remoto, solo, durante meses, sin casi tener contacto con nadie, me provocó una cascada de crisis de ansiedad que cambiaron muchos aspectos de mi vida y muchos aspectos de mi. Puede que sin esa cascada ahora mismo no estaría aquí hablando abiertamente de ello. A día de hoy sigo yendo a terapia, sigo teniendo ansiedad, sigo con ese trabajo personal que empecé hace ya más de tres años al llamar a la que aun hoy es mi terapeuta, pero la diferencia es que puedo trabajar en remoto, solo y puedo dormir por las noches. Tengo mecanismos para tener una calidad de vida mejor. Sin todo este trabajo, no sé que habría sido de mi durante la cuarentena sin este proceso.

Trabajar en remoto casi me mata pero, en cierto modo, me salvó la vida.

Leave a comment
Gettin' f*cking paid
14 de febrero de 2022

Gettin' f*cking paid

Bueno, esto es un rant sobre algo que me ha pasado recientemente. Pero como todo rant, puede ser divertido, instructivo e increíblemente parcial.

Llevo esperando cobrar desde el 15 de enero. Sí, llevo un mes de retraso esperando a cobrar el mes de enero. Cambiaron a la persona de contabilidad en la empresa para la que trabajo y todos los externos (freelance fuera de US) hemos tenido problemas al cobrar, aunque nadie falta por cobrar salvo yo. Todo el problema viene de que la nueva contable (freelance también) ha decidido cambiar la facturación a Bill.com y automatizar todo el proceso en lugar de hacerlo manualmente como lo hacía en el anterior contable. A mí me gustaba la idea pero es que todo ha salido mal.

Normalmente, en mi mundo del último año y medio, alrededor del 15 de cada mes yo emitía una factura y el 20 o así un mensajito en Slack me avisaban que me habían hecho la transferencia y el 24 aparecía en mi cuenta. No big deal. A veces era el 24, otras veces el 22 y otras veces el 27. Era orientativo pero llegaba. No había mucho delay.

En diciembre, nuestro querido contable decidió que quería un cambio de aires y a final de año dejó la empresa. Nuestro CEO decidió que era buena idea contratar a un freelance ya que no era un trabajo para tener a alguien full time, y bueno, probablemente fuera así y fuese lo mejor, así que no problem por nuestra parte, a tope con todo, adelante muchachos y a cobrar todo el mundo.

Ya a finales de enero, una compañera y yo comentamos que estábamos a veintipico y no sabíamos nada de nuestros sueldos. Avisamos y lo siguiente que sé es que el viernes 28 a las mil de la noche me llega un email de Bill.com (la plataforma para automatizar procesos de pago de nóminas) para que confirme mis datos y así puedan pagarme. Completo mis datos y me olvido, pensando que ya estaba todo hecho.

La siguiente semana nos preguntan si sabemos algo sobre nuestro sueldo, avisamos que no sabemos nada y cuando intentamos contactar con la contable, le cuesta contestar (porque es freelance y obviamente no va a estar full time con un cliente) y no conseguimos saber nada. Resulta que los datos estaban incorrectos (los de la empresa en Bill.com) y tenemos que volver a completar el formulario. Sin embargo, nos da de alta como ciudadanos estadounidenses y, claro, el proceso de introducción de datos es de repente un alta en Bill.com que no puedo completar porque no tengo número de teléfono móvil estadounidense. Mi compañera, que si que tiene número, me comenta que más tarde en el proceso te piden seguridad social y más cosas así que aun con número de teléfono no se puede completar. Intercambio de correos mediante, al final ponemos en copia al CTO, al CEO, gente de management y básicamente la mitad de la empresa para que el viernes 4 nos llegue el mail que nos había llegado una semana antes con el "completa tus datos para seguir suscrito a la VIDA pago mediante" y lo completamos y nos confirman que está el dinero en camino.

La siguiente semana me la tomo tranquilo. Sé que las transferencias internacionales tardan. Mucho. Si la transferencia desde Bill.com se hizo, digamos, a las 5 de la tarde, es probable que hasta el jueves siguiente no llegue el dinero, así que espero pacientemente hasta que el miércoles ya estoy genuinamente nervioso. El jueves empiezo a contactar con mi banco y consigo saber que en este lado nadie sabe nada de esa transferencia. Me compro un número estadounidense en Hushed y, efectivamente, el proceso es un proceso trampa, miento en muchos datos como seguridad social, dirección y demás hasta llegar a los datos para cobrar, en los que ya me da palo mentir por si fueran a usarlos para hacer la transferencia en teoría en curso, bueno, que me piden una cuenta estadounidense que no tengo.

En mi banco me comentan que pueden abrir una incidencia pero que necesitan más datos. Al pedir esos datos a la contable y al CEO, la contable contacta con Bill.com y resulta que Bill.com ha cancelado la transferencia porque no puede contactar con mi banco. Una semana después. Sin avisar a absolutamente nadie y solo cuando nuestra contable ha contactado con soporte de Bill.com. Ejeincreíble. Al final, la transferencia será manual esta vez y ya veremos como lo hacemos en un futuro.

He de decir que esto lo vi venir hace tiempo. Recibir dinero desde fuera de europa es una mierda. Tarda, los husos horarios son una mierda, las vacaciones no las controla nadie, el cambio de moneda no lo controlas y las comisiones son importantes. Cada nómina me llega con un 5%-7% menos de lo que debería llegar así que el camino es abrir una cuenta en US o una plataforma como Wise que permitan abrir cuentas en dólares estadounidenses. Por el momento, he aprendido varias cosas.

Los estadounidenses suelen ser bastante serios con las personas que quieren mantener. He de decir que no han dejado de preocuparse y manteniendo contacto conmigo y pidiéndome perdón y al final es la primera vez que trabajan con externos y esto al final es un tema de contabilidad que ellos no controlan. Ok, por esa parte bien. Por otro lado, creo que no ha habido buena comunicación con contabilidad. Este proceso no se puede empezar cuando tienes que hacer los ingresos de las nóminas/facturas de proveedores, sino un par de semanas antes o después, y tienes que saber que si no funciona tienes que tener un plan B porque tus proveedores pueden ser menos idiotas asertivos que yo y pueden dejar de prestarte servicio si a los 3 días no han recibido el pago.

Por otro lado: Bill.com tiene un departamento de atención al cliente inexistente. Abrí un ticket al que me respondieron días después avisándome que no podían hacer nada por mi y que probara a gritarles a los de mi empresa. Entiendo que no pueden estar en todas pero es un servicio bastante crítico para muchas personas y está dirigido a operar con trabajadores internacionalmente, quizá estaría bien tener gente a un horario diferente a 5AM-5PM PST. La comunicación de la incidencia fue inexistente y si no llega a abrir un ticket la contable no nos enteramos de nada.

En cualquier caso, todo esto me ha hecho replantearme la forma en la que trabajo con clientes internacionales y en la que recibo los pagos. Es probable que una cuenta en dólares sea la respuesta para ponérselo fácil a ellos y agilizar las cosas. Muchos me dicen que "ese trabajo es de la empresa que te paga" pero es que, oh honey, puede ser que no hayas mandado una factura para saber lo que hay que llegar a hacer para cobrar una maldita factura como autónomo. Podría seguir echando balones fuera y a lo mejor en abril empiezo a cobrar. Si la pro-actividad no la pongo yo es probable que nadie la ponga por mí y es probable que tenga que comer arroz durante meses a la espera de una transferencia que parece estar maldita.

Leave a comment
¿Se puede trabajar como ingeniero informático solo por el dinero?
17 de enero de 2022

¿Se puede trabajar como ingeniero informático solo por el dinero?

Respuesta corta: si. Respuesta larga:

La ingeniería del software es un trabajo. Como en cualquier trabajo se trabaja ocho horas, tienes tus vacaciones pagadas acorde a tu convenio, tus horas establecidas y tienes unos compañeros determinados. Yo entiendo que trabajar como ingeniero no es diferente a trabajar en cualquier otro sitio. Vendes tu mano de obra por X dinero e intentas desarrollar tu trabajo como mejor puedes. Hay días buenos, hay días malos y hay días grises. Pero es un trabajo.

Cuando llega la hora: recoges, apagas el ordenador y te vas tan tranquilo a pillar el siguiente metro que sino no te da tiempo a ir al Carrefour. Luego descansas y al día siguiente la misma cantinela hasta que llega el fin de semana. No es diferente a ningún otro trabajo y no se le debe exigir a nadie más que hacer su propio trabajo. Por desgracia, me he encontrado con personas (muy motivadas) que quieren hacer creer que no es así.

La programación es un trabajo complejo, como podría serlo cocinar en un restaurante o cuidar a personas mayores. Requiere un set de herramientas sociales y técnicas limitado y se compone esencialmente de realizar trabajo repetitivo acorde a ciertos patrones y siguiendo unas pautas pero teniendo la capacidad para improvisar cuando haya alguna movida que se sale de lo normal. Ni más ni menos.

Como en cualquier trabajo hay gente que está de manera vocacional y gente que está porque es un trabajo cómodo, está bien pagado, hay buenas perspectivas de futuro y no parece que vaya a haber escasez de demanda laboral a medio plazo. Se conoce gente nueva, se aprende, se resuelven problemas complejos y difíciles, encuentras un ambiente dinámico pero, como en todo sector, en ocasiones te encuentras a gente que quiere convertir este trabajo en algo especial.

No es esta una disertación sobre lo difícil que es programar o ser buen ingeniero (ni de puta coña) sino simplemente un aviso a aquellas personas que desde fuera (o acercándose porque quieren dedicarse a esto) ven a los ingenieros como personas ultra motivadas y volcadas con todo lo que rodea a la profesión.

No te tiene que apasionar programar para ser un gran ingeniero, en todo caso no lo tienes que odiar. Es decir, la ingeniería informática se basa, principalmente, en resolver problemas y construir soluciones. Siempre, por el resto de nuestros días, nos dedicamos a eso, pero no porque no te guste hacer puzzles en tu tiempo libre dejas de hacerlo si te pagan 400€ al día. Si odias hacer puzzles es probable que tengas tus reticencias a hacerlo 8 horas al día durante 35 años, pero si no es así sigue siendo una buena opción laboral. En mi opinión hay que entender que un profesional no vocacional siempre puede ser un gran profesional.

Abrazar la programación con pasión y dedicarse en cuerpo y alma a ello está bien, es un bonus track, algo que seguramente te enseñe y te ayude a mejorar, pero no es algo imprescindible. Primero: porque no todo el mundo lo necesita, segundo: no es este un mundo en el que podamos dedicarle 2h extra al día a aprender nuevas tecnologías, nuevos patrones de diseño, ir a cursos, eventos o desarrollar side projects. Exigir cualquiera de estas cosas es bastante clasista y no determina la capacidad o profesionalidad de nadie.

De verdad, es que cansa un poco eh.

@shanselman #stitch with @pgt__ ♬ original sound - Scott Hanselman

Si un ingeniero es mal ingeniero no es por problemas de vocación o dedicación extra, sino por muchos otros factores y problemas que hay que analizar. Igualmente, que un ingeniero esté turbo motivado y quiera hacer mil cosas y probar mil tecnologías y tener mil años de experiencia laboral tampoco lo convierte automáticamente en un buen ingeniero. Abracemos a todo el que se acerque a la profesión, ya sea por vocación, dinero, pasión o porque le gusten resolver puzzles por 400$ al día.

Foto: Kaur Kristjan on Unsplash

Leave a comment
Last.fm una vez más
17 de diciembre de 2021

Last.fm una vez más

Soy fan de los recuerdos. Soy fan de Spotify Wrapped, de los recuerdos diarios de Facebook o del resumen del año de Reddit. Supongo que es porque soy Tauro, o porque tengo problemas para dar cierres a capítulos de mi vida, pero la melancolía y la nostalgia forman parte de mi día a día y de muchas noches en las que me pongo a ver fotos de 2011.

Realmente, wrapped de Spotify es el que más me gusta. Mostrarte año por año lo que escuchas es increíble, pero siempre siento que si pudiese acceder a esos datos en vivo y moverme por diferentes épocas y momentos sería increíblemente feliz (no para mis psicóloga, claro) repasando mi vida en forma de historial de escuchas.

A este sentimiento de buscar regodearse en las mierdas de recuerdos que tenemos (mierdas en comparación con la realidad pandémica que nos toca vivir) se le une que un servidor fue propietario de un iPod classic de 80GB y aun guardo un Shuffle y un Nano (que sustituyó a ese Classic, RIP) y, como todo buen propietario de iPod de la década de los '00s, tengo cuenta de Last.fm.

Para mi, Last.fm fue la primera plataforma social a la que me uní. Ni Facebook, ni Tuenti, ni Twitter: Last.fm. Mediante un plugin te dejaban registrar lo que habías escuchado en el iPod desde la última sincronización y la plataforma registraba ese historial, te daba recomendaciones, te sugería conciertos e incluso te informaba de la idoneidad musical con otros usuarios.

La vista de mi perfil en Last.fm con el horrible nickname que tenía hace más de 10 años

En retrospectiva, creo que se adelantó a su tiempo, y que probablemente perdió popularidad por el auge de los móviles y servicios de streaming y la dificultad para registrar esos scrobbles (el término que se usa en Last.fm para definir una escucha a una canción) en la web de Last.Fm. Recuerdo que en Spotify tenías que iniciar sesión cada vez que instalabas la app en un dispositivo nuevo, lo que hacía que cambiando de móvil o reinstalando la app perdieras esa integración: un peñazo.

Ahora mismo llevo solo este mes de diciembre usándolo, pero ya voy perfilando mis gustos musicales más allá de lo que escuchaba en 2008 o 2016 (las épocas que más scrobbles he hecho). Esta es la parte que más me gusta de Last.fm. Poder recorrer en un momento lo que escuchabas hace 10 años es una delicia a los horrores. La cantidad de Juanes o M-Clan que el joven Carlos escuchaba hace 10 años contrastan con la caña que le doy a King Gizzard, El Coleta o Moderat de la actualidad.

Puede que sea pasajero (aunque la integración promete ser duradera, siendo una integración desde Last.fm a Spotify y no al contrario) pero esperemos si a mitad de 2022 ha seguido registrando todo lo que hago y qué tipo de música o cuanta música escucho.

Es probable que sea una tontería pero ahondando en el tema, creo que los millennial somos nostálgicos por definición. No entraré en un debate sociológico porque soy ingeniero informático, pero hablaba con Javi, un amigo, y es verdad que el tono del podcast en el que participamos, 2de7, y casi cualquier podcast conducido por millennials, es nostálgico y melancólico. Añoramos el pasado, la simplicidad, el tiempo sencillo, feliz y tranquilo. Estamos inmersos en una adultez difícilmente tolerable la mayoría del tiempo, tenemos una epidemia de ansiedad y depresión que está devastando a las personas nacidas entre 1985 y 1996, con gente que sigue en trabajos increíblemente precarios más allá de los 35 y sin ningún tipo de protección más allá de la casa de sus padres.

Creo que toda la inversión que se hace en memorabilia o tecnológica de recuerdos es porque somos increíblemente dados a recordar, repasar y añorar tiempos "mejores" en los que no todo era abrumador, en los que puede que tuviésemos esperanza y optimismo desmedido sobre la vida, algo que hoy en día está socavado bajo toneladas de precariedad, deficiencias en salud mental y un paternalismo extremo por parte de otras generaciones.

Siri, pon "Lo que te conté mientras te hacías la dormida" de La Oreja de Van Gogh.

PD: No te deprimas, anímate.

Leave a comment