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2022: Gamificación en año nuevo
2 de enero de 2022

2022: Gamificación en año nuevo

Una tarde de septiembre en el CCCC

Llevo casi 3 años con un Apple Watch. Además de mirar la hora, recibir notificaciones y responder accidentalmente alguna llamada, el Apple Watch me ha llevado a gamificar el ejercicio que hago. Antes iba a entrenar, entrenaba y volvía. Ahora necesito información, datos, calorías, tiempo, performance y, por supuesto, premios, medallas o rachas.

El seguimiento me proporciona un calendario en el que puedo ver cuándo he sido bueno y cuándo he sido malo. Los días que fui a tenis y las tardes que me escaqueé para tomar un Biter Kas con los amigos. El Apple Watch sabe el momento en el que me lanzo a jugar un partido de tenis o entreno a alta intensidad. También sabe la hora a la que me levanto, la hora a la que me acuesto y probablemente la fecha en la que sufriré un infarto de miocardio. No es una crítica: me encanta.

He conseguido saber que hay meses buenos y meses malos, meses en los que estoy más predispuesto a hacer deporte y meses en los que decido vivir la vida e irme de vacaciones. También he aprendido a cargar regularmente mi Apple Watch para continuar con las estadísticas. En el Apple Watch, estableces metas de calorías, minutos de entrenamiento al día u horas de pie. Estableces tus metas personales.

La gamificación personal me ha ayudado a establecerme metas e intentar hacer más ejercicio o ser más constante con los entrenamientos de tenis, sin embargo, necesito más. Hacer ejercicio no es suficiente. Seguir una dieta, leer, caminar, escribir... Es año nuevo, no nos vamos a engañar. La pandemia empieza a dar señales de agotamiento. Es hora de establecer metas para el nuevo año e intentar cumplirlas más allá de entrenamientos, calorías y horas de pie.

Seguir la dieta un 80% del tiempo

Seguramente el más difícil de todos los propósitos. La vida está llena de días especiales, de celebraciones, de bajonas, de días malos, horribles, patéticos, lluviosos, azules... es un campo de minas para cualquier dieta. Este año es el primero que empiezo con una dieta en la que no solo trato de adelgazar sino de saber qué demonios me pasa en el intestino. Retortijones, dolores, gases... vivir con una celíaca me (y nos) ha enseñado que hay cosas que no deberían normalizarse. No te pueden sentar mal unas lentejas y hacer como si fuera lo más normal del mundo. Hoy he comido cebolla y me duele. Estamos terminando las pascuas y llevo días con dolor. No es normal. Médico y dietista lo confirman: 2022 viene con mucha dieta.

Leer 1 libro al mes

Leo poco (nada) y tengo una pila pendiente de libros enorme. Ensayos, ciencia ficción, novela gráfica, comic... interminable, de verdad. De momento me estoy haciendo un calendario y quiero leer un libro al menos al mes (o 2 integrales de cómic / novela gráfica) e incluso ir documentándolo aquí como si de un club de lectura personal se tratara. También estoy comprando más revistas que nunca, de las buenas, independientes, bonitas e interesantes. Gracias News & Coffee, me habéis creado una necesidad nueva. De momento Enero empieza con los dos primeros tomos de la reedición de Akira, preciosa edición que tengo pendiente más de un año. De verdad que me avergüenza escribir esto, pero es que también tengo El problema de los tres cuerpos, Homo deus o Utopia for realists. Se viene 2022 con mucha lectura.

Aprender a revelar en blanco y negro

En esta creo que Kalte podría echarme una mano, aunque también Basel. Su canal sobre fotografía analógica me dan ganas de comprar algo más que carretes para las Polaroid, y aunque me encanta Carmencita Film Lab creo que estoy dispuesto a aprender el viejo y sacrificado oficio de, no solo hacer fotos, sino revelarlas y ver si no te has cargado el carrete en un desesperado intento de buscar otro hobby más para llenar ese vacío existencial que el capitalismo crea en nosotros tras trabajar 8 horas al día y no saber qué hacer con nuestras vidas. En realidad la fotografía analógica se remonta a 2014 (tiempos de Flickr), cuando compré en eBay una cámara Yashica réflex analógica y empecé a tirar carretes y dejar de comer para pagar los revelados que hicieron que dejase la fotografía. Salidas a hacer fotos aisladas y otros conatos de vuelta durante estos años han mantenido viva la llama de la fotografía, así que aprender a revelar es quitarme el factor económico de encima y darle una nueva vida a las 6 o 7 cámaras analógicas que tengo.

Otra tarde de tenis sin tenis

Cuatro cursos programación

O lo que sea. El COVID destrozó por completo mis ganas y posibilidades de terminar un master por lo que ahora simplemente quiero mantenerme en la rueda del aprendizaje a base de cursos. Este año me propongo terminar uno cada 3 meses. Tampoco le pido mucho a lo del aprendizaje continuo, solo estar actualizado o aprender cosas nuevas en el poco tiempo libre que tengo. Igual que la lista de libros, tengo mil cursos en Udemy esperando. No costaron mucho pero estaría bien darles un uso.

Lanzar 3 proyectos (sin fliparnos)

Tengo tres proyectos en fase de planificiación / definición y quiero lanzarlos a lo largo de 2022. Uno de ellos está a medias y es una web, otro es un side project pequeñito y el otro podría ser una startup con algo de gancho. La sombra de lo que Dunkelheit & Draper aspiraba a ser al principio de 2020 es larga, pero poco a poco vamos encontrando oportunidades y nuevas historias que contar bajo su marca. Funcionen o no, se usen o no, es una forma de aprender y perder tiempo y dinero muy honorable. Hay gente que se lanza al crossfit, yo a estas mierdas.

Ver 30 películas

Y no necesariamente en el cine. 2021 estuvo muy muy ausente de películas en mi vida. Necesito darle caña a las listas en Netflix, HBO, Prime y Disney +, y para empezar tenemos Mujercitas (2019) a mitad y me he dejado Matrix Resurrections para 2022. Empezamos fuerte y son solo 30. Números de rookie, pero es que no hay tiempo.

Escribir todas las semanas

Uno no decide hacer un artículo con una lista aleatoria que se le va ocurriendo sobre la marcha un domingo por la tarde así como así. Quiero volver a escribir, quiero retomar el blogging y de hecho la decisión de que esta web sea un WordPress es un 80% poder tener un blog sencillo en el que vomitar lo que me de la gana. Quiero escribir un artículo todas las semanas de lo que sea, y el hecho de ver películas y leer libros en principio debería facilitar las cosas. Debería. Obviamente tienen que tener una longitud de unas 450 palabras y tener algo de contenido, de chicha, de movidas. Tiene que ser una hamburguesa especial como la que nos acabamos de comer en Angus (la mía de carne de potro 🐴) así que tampoco vale escribir por escribir. Este post, por ejemplo, tiene contenido, tiene intención, desvarío, desarrollo y conclusión, que viene ahora. Esta es la clase de post que quiero escribir. El post de GQ de tercera regional.

Propósitos medibles. Era mi principal intención con los míos. Normalmente, otros años, iría con propósitos más generales o totalmente fuera de alcance. Este año no me he dejado llevar y he ido a por unos más o menos "asequibles" y otros más complicados pero medibles. He intentado poner siempre un número para determinar si lo he cumplido o no, y además del Apple Watch para medir entrenamiento, he instalado una app para medir el progreso de los diarios, cómo seguir la dieta o leer. A final de año haré un recap para ver cómo ha ido y, por lo menos, tendrá que ser dentro de 51 artículos, cuando hayamos escrito todo el año y 2023 esté a la vuelta de la esquina.

Poco más que escribir, like y suscríbanse.

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Sopa de letras en Matrix
26 de diciembre de 2021

Sopa de letras en Matrix

Llevo cerca de 7 años trabajando como ingeniero de software. He tocado tecnologías, frameworks, lenguajes, bases de datos, sistemas operativos... Me he enfrentado junto a profesionales increíbles a retos y problemas que parecían no tener solución en el momento 0, cuando lo encontrábamos de frente. En una ocasión me quedé 17 horas despierto migrando un entorno on-premises a Azure y en otra ocasión mandé 10.000 emails erróneos de prueba a clientes en producción. Been there done that.

Cuando echo la vista atrás, recuerdo vagamente todos esos detalles. Creo que son anécdotas de algo más grande y que de verdad considero debería documentarse seriamente en cualquier empresa, proyecto o ámbito: soluciones. Como quién se hace chuletas para aprobar un examen, documentar soluciones a problemas que encontramos puede ser la mejor forma de documentar nuestra carrera.

Las tecnologías vienen y van, los frameworks nacen, se popularizan, se usan y se olvidan, tu rol hoy es X mañana es Y. Las soluciones se desarrollan, se entienden, se aplican y perduran.

Durante los últimos 5 años he ido escribiendo y documentando gran cantidad de lo que he ido haciendo en diferentes empresas: problemas, su análisis, posibles soluciones, arquitecturas, roles, tecnologías... He ido apuntando desde lo que iba a decir en una daily hasta un diagrama a una arquitectura hecha con rectángulos y triángulos. Un diario de todo lo aprendido como ingeniero.

Con el tiempo empiezas a apreciar los problemas, su análisis, el pensamiento lateral, la documentación, el logging... Aprecias esas herramientas intercambiables, independientes y universales en el desarrollo de software que hace que trabajar en esto no sea una put locura infumable apta únicamente para tarados mentales residentes en un sanatorio de Dakota del Norte. Permiten tener algo de control en el caos que es el software.

En cualquier caso, esas libretas que rellenes con todo lo que vas aprendiendo son tu historia como profesional. Son la historia de cómo has llegado hasta aquí, las soluciones que has aplicado a los problemas que te has encontrado, independientemente de las herramientas que uses para solucionarlas. Son tus soluciones.

También hay que decir que nadie repasa sopas de letras hechas hace años, pero la forma en la que las abordas perdura en el tiempo, y sus enseñanzas pueden valer la pena en un futuro para ti o para alguien más. Los problemas en software son finitos mientras las necesidades y posibilidades lo sean. Muchos son repetitivos, y a lo largo de los años vas encontrándote con los mismos una y otra vez. En ocasiones podrás usar las mismas soluciones, en ocasiones habrás de actualizarlas y en ocasiones tendrás que aplicar tierra quemada y pensar en algo nuevo. Pero documéntalas. Pon énfasis en aceptarlas, abrazarlas y almacenarlas para el futuro.

Deja constancia de tu ingenio. Dale algo de base a tu yo futuro o a cualquiera que te rodee. Quién sabe cuando repasarás sopas de letras resueltas en Matrix.

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Last.fm una vez más
17 de diciembre de 2021

Last.fm una vez más

Soy fan de los recuerdos. Soy fan de Spotify Wrapped, de los recuerdos diarios de Facebook o del resumen del año de Reddit. Supongo que es porque soy Tauro, o porque tengo problemas para dar cierres a capítulos de mi vida, pero la melancolía y la nostalgia forman parte de mi día a día y de muchas noches en las que me pongo a ver fotos de 2011.

Realmente, wrapped de Spotify es el que más me gusta. Mostrarte año por año lo que escuchas es increíble, pero siempre siento que si pudiese acceder a esos datos en vivo y moverme por diferentes épocas y momentos sería increíblemente feliz (no para mis psicóloga, claro) repasando mi vida en forma de historial de escuchas.

A este sentimiento de buscar regodearse en las mierdas de recuerdos que tenemos (mierdas en comparación con la realidad pandémica que nos toca vivir) se le une que un servidor fue propietario de un iPod classic de 80GB y aun guardo un Shuffle y un Nano (que sustituyó a ese Classic, RIP) y, como todo buen propietario de iPod de la década de los '00s, tengo cuenta de Last.fm.

Para mi, Last.fm fue la primera plataforma social a la que me uní. Ni Facebook, ni Tuenti, ni Twitter: Last.fm. Mediante un plugin te dejaban registrar lo que habías escuchado en el iPod desde la última sincronización y la plataforma registraba ese historial, te daba recomendaciones, te sugería conciertos e incluso te informaba de la idoneidad musical con otros usuarios.

La vista de mi perfil en Last.fm con el horrible nickname que tenía hace más de 10 años

En retrospectiva, creo que se adelantó a su tiempo, y que probablemente perdió popularidad por el auge de los móviles y servicios de streaming y la dificultad para registrar esos scrobbles (el término que se usa en Last.fm para definir una escucha a una canción) en la web de Last.Fm. Recuerdo que en Spotify tenías que iniciar sesión cada vez que instalabas la app en un dispositivo nuevo, lo que hacía que cambiando de móvil o reinstalando la app perdieras esa integración: un peñazo.

Ahora mismo llevo solo este mes de diciembre usándolo, pero ya voy perfilando mis gustos musicales más allá de lo que escuchaba en 2008 o 2016 (las épocas que más scrobbles he hecho). Esta es la parte que más me gusta de Last.fm. Poder recorrer en un momento lo que escuchabas hace 10 años es una delicia a los horrores. La cantidad de Juanes o M-Clan que el joven Carlos escuchaba hace 10 años contrastan con la caña que le doy a King Gizzard, El Coleta o Moderat de la actualidad.

Puede que sea pasajero (aunque la integración promete ser duradera, siendo una integración desde Last.fm a Spotify y no al contrario) pero esperemos si a mitad de 2022 ha seguido registrando todo lo que hago y qué tipo de música o cuanta música escucho.

Es probable que sea una tontería pero ahondando en el tema, creo que los millennial somos nostálgicos por definición. No entraré en un debate sociológico porque soy ingeniero informático, pero hablaba con Javi, un amigo, y es verdad que el tono del podcast en el que participamos, 2de7, y casi cualquier podcast conducido por millennials, es nostálgico y melancólico. Añoramos el pasado, la simplicidad, el tiempo sencillo, feliz y tranquilo. Estamos inmersos en una adultez difícilmente tolerable la mayoría del tiempo, tenemos una epidemia de ansiedad y depresión que está devastando a las personas nacidas entre 1985 y 1996, con gente que sigue en trabajos increíblemente precarios más allá de los 35 y sin ningún tipo de protección más allá de la casa de sus padres.

Creo que toda la inversión que se hace en memorabilia o tecnológica de recuerdos es porque somos increíblemente dados a recordar, repasar y añorar tiempos "mejores" en los que no todo era abrumador, en los que puede que tuviésemos esperanza y optimismo desmedido sobre la vida, algo que hoy en día está socavado bajo toneladas de precariedad, deficiencias en salud mental y un paternalismo extremo por parte de otras generaciones.

Siri, pon "Lo que te conté mientras te hacías la dormida" de La Oreja de Van Gogh.

PD: No te deprimas, anímate.

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¿Hello world? volamos hacia Moscú
7 de diciembre de 2021

¿Hello world? volamos hacia Moscú

Este es mi primer post en esta renovada web. He intentado muchas veces montarla. La primera versión creo que data de 2017, hace casi 5 años. El diseño está ok en mi opinión, en aquella época estaba trabajando en el que era mi segundo trabajo serio como ingeniero junior en una compañía de Seattle que tenía oficinas en Valencia, donde aún vivo. En aquella época era muy diferente a como soy ahora.

Echar la vista atrás me trae varios recuerdos aunque el que más recuerdo es despertarme en el apartamento vacío de mi novia con una mañana por delante sin nada que hacer, ya que no empezaba a trabajar hasta mediodía. Para tener sincronía con Estados Unidos trabajábamos de mediodía a las nueve de la noche. Duré 6 meses haciendo ese horario. Es increíblemente agotador aunque, sorpresa sorpresa, en julio de 2020 empecé a trabajar para una empresa de Washington DC con el mismo horario. Misma historia, diferentes resultados.

Había muchas cosas buenas en aquella compañía, pero creo que había también muchas cosas que mejorar y que no cambiarían (si es que han cambiado) hasta mucho tiempo después. La gente era genial, los proyectos eran interesantes, las tecnologías, aunque en parte desactualizadas, estaban muy bien escogidas y el ambiente era increíblemente sano.

Esta web, su concepción, nació en aquel momento, en el que necesitaba exponer al mundo quién era más allá de LinkedIn o Twitter. Necesitaba demostrar lo que sabía hacer, como lo sabía hacer... y eso hizo que fuese imposible. Webs en HTML+CSS plano, Angular, GatsbyJS, webs basadas en markdown... todo para terminar con un WordPress con un builder. ¿Sabéis por que? porque en software, el scope es jodidamente importante, no sacarte la chorra delante de tus amigos.

Over-engineering will tear us apart

Quería demostrar con mi web que sabía hacer lo que sabía hacer. Como quien en 2004 se compraba un Citroën Xsara y le ponía un pepino de equipo de música, unos alerones, neones, llantas, lunas tintadas (como en Need For Speed Underground 2) y demás para desfilar por Spook haciendo trompos, yo quería demostrar que era alguien más con una web ultra-fast en una tecnología con 5 stars en github y una infra serverless. No solo por tener una web, sino por tener una web hecha por mí mismo, programada por mí mismo, intentando que la gente viera en aquella obra un proyecto complejo, muestra de lo larga que tengo la lista de skills en mi LinkedIn. Mira, me mato.

A mi yo de 2017 le diría que se comprara un hosting con 5 pavos, se montase un WordPress y pusiera "Ingeniero informático, para más info 50€ la hora". De verdad, el over engineering de una tarjeta de visita me provoca la misma ira homicida que a Patrick Bateman. No es necesario. Un buen ingeniero busca la opción más fácil, extensible, escalable, fácil de actualizar y, sobretodo, intenta delegar toda la complejidad que puede en agentes externos especializados. Nadie intenta montarse su propia infraestructura hoy en día si no factura miles de millones al año. Con una web personal pasa exactamente lo mismo.

No pasa nada por montártela tu, es perfectamente asumible si quieres aprender, romper brazo, o probar tecnologías, perfecto, ¿pero lo harías con un proyecto en producción? ¿confiarías en tu propio motor de blogging para vendérselo a una empresa? en mi opinión es un redflag que alguien senior tenga una web con sus propias movidas en 2021. Hay miles de soluciones que no pasan por wordpress pero que son asumibles y fáciles de implementar. Son rápidas, limpias y fiables.

Estaba ciego, pero ahora veo.

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