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La rueda del capitalismo al menos tiene Netflix
19 de junio de 2025

La rueda del capitalismo al menos tiene Netflix

Es increíblemente complejo y extenuante vivir hoy en día. Cada vez que veo las noticias solo veo malas noticias. Cada vez que alguien me cuenta que está pasando en el mundo solo ocurren cosas terribles. Vivimos al borde de un cataclismo, de la tercera guerra mundial o de la inevitable extinción a expensas del cambio climático. El gran filtro se acerca. Nuestra civilización ha llegado al tope y casi parece inevitable la destrucción. Mis hijos no beberán café. Sus hijos lucharán por agua limpia. Los hijos de mis hijos serán los últimos en existir. La ansiedad que me provoca todo lo que está pasando es indescriptible. El mundo, si fuese una sitcom de comedia noventera, tiene malas críticas, un rating terrible y una audiencia menguante: se acerca su cancelación. Y aquí estoy. A pesar de todo. Aguantando el tipo. Sabiendo que personalmente no estamos tan mal. Que podría ser peor. Y me alejo de los problemas. Pongo distancia. Pienso en cosas que me hagan feliz. Pienso lo que me gusta hacer fotografía. Y lo que me gusta el tenis. E ir al cine. Y disfrutar de mis amigos. Pienso en la suerte que tengo de poder disfrutar de estos placeres. Hago una suerte de ritual de gratitud centrado en el arte, el ocio y la gente que quiero y aguanto una semana más. Porque sin arte ya me habría hecho terrorista o me habría muerto. Porque la rabia también está presenta. La rabia de las injusticias, los bombardeos y los inocentes muertos. La rabia por las megacorporaciones que se salen con la suya día sí y día también. La rabia de que dejar de trabajar por burnout me acerque peligrosamente a la indigencia. Porque no es justo. Pero puedo leer, evadirme y hacer fotos. Puedo intentar cambiar las cosas de mi realidad a nivel local. Hacer voluntariados, tirar hacia delante. Hacer fotos, un día más. Ver una película, este finde no me mato. Y así, hasta el siguiente telediario. En una rueda en la que si no hay cultura, yo me bajo.
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Confíale tu vida a un acróbata
31 de mayo de 2025

Confíale tu vida a un acróbata

Nunca me habría imaginado a mí mismo yendo al circo con 32 años. Sin niños. Si me lo hubieran planteado hace unos meses es muy probable que hubiera preguntado simplemente "¿Tienen cerveza?". Pero no estoy en ese punto de mi vida. Estoy en el punto en el que si una amiga me invita, a mi chica le parece bien, es una excusa perfecta para probar los nuevos sellos de luz de mi cámara Fujica AX1, y, confirmamos, tienen cerveza, al final del día, a la pregunta "¿Quieres tomar fotos de acróbatas estando ligeramente borracho?", la respuesta obvia siempre será "Si".

"I love you circus" es un circo sin animales, prohibidos creo en toda Europa. Es un circo íntimo, pequeño, con un calor incómodo pero soportable, con niños, hipsters y familias completas... un circo en 2025, por supuesto. No tener animales nos ha dado, a parte de acabar con la crueldad animal en estos ambientes, que no huela a mierda por todos lados y, también, que los artistas se curren muchísimo los números.

Tras sentarnos y esperar pacientemente a que lo hiciese todo el mundo, una banda de Jazz en directo compuesta por los propios acróbatas nos da la bienvenida y el espectáculo empieza. Durante una hora, el modus operandi del circo es simple: por parejas, la mayor parte de la banda dejan sus instrumentos y pasan a ejecutar acrobacias sobre la pista. Algunos de los mejores ejercicios que he visto desde que tengo memoria.

Ejercicios imposibles, complejos, difíciles, a 4 metros del suelo, con una orientación claramente clásica, manteniendo la tensión y dejándonos a todos con la boca abierta. Desde la barra esa con cuerdas en la que se cuelgan los unos de los otros y dan saltos, hasta ejercicios sobre la cuerda de equilibrio o saltos en el trampolín en parejas. Son auténticos connoiasseurs del entretenimiento. Se sufrió en muchos momentos y pude observar como en ocasiones tanto niños, mayores como familias enteras estaban en completa tensión ante el siguiente ejercicio. Verdaderamente espectacular. Verdaderamente boquiabiertos, pero, a la vez, íntimo y cercano.

El amor es el común denominador del espectáculo. Un amor entendido como la confianza, el cariño y el respeto a los demás. No el amor romántico tradicional, sino un amor que va más allá del entendimiento clásico. Antes y después de cada número, los acróbatas se funden en un abrazo íntimo que comparten con nosotros, la audiencia, y en el que se pueden apreciar la confianza y la seguridad por la otra parte.

Compartiendo este acto nos dejan claro que todos estamos en esto y que estos ejercicios no son posibles si no hay una comunión entre todos. Admitámoslo, la confianza ciega en alguien para realizar un peligrosísimo ejercicio que si sale mal puede costarte la vida es uno de los actos de amor ciego más grandes que hay. Lo menos que podemos hacer como audiencia es apoyarles y mostrarles nuestro apoyo y confianza en que todo saldrá bien. Y si sale mal, estamos todos para levantarte. A puro efecto Pigmalión.

La confianza es complicada. Es más fácil ir al inframundo a rescatar a Euridice que depositar nuestra confianza ciegamente en que ella nos seguirá hasta el final cuando estamos regresando a la superficie. La confianza es la base de cualquier relación, del amor, de cualquier tipo de amor, y en este circo es la base de todos los trucos. Es la piedra angular de todo el espectáculo. Y consiguen que la deposites ciegamente.

La hora se pasó volando. Aproveché para hacer fotos pero ya las veréis cuando consiga descifrar cómo escanear mis negativos. Entre nosotros, y de camino a una tienda de segunda mano abierta que se encontraba cerca, consensuamos que los capítulos, los números, las actuaciones por pareja, son algo largos.

Todos comprenden una dificultad pasmosa y juegan como en cualquier circo a construir una tensión in crescendo ("¡Más difícil todavía!") que toca tope algo más rápido de lo esperado y es difícil que siga creciendo en cierto punto. Algo que muy probablemente se deba a la falta de cultura de circo en el público casual general que acuden al circo una vez cada cinco años. También entiendo que en una hora seguramente sea difícil organizar de otra manera así que es una crítica bastante pequeña y que no empañó en ningún momento el espectáculo. Es una hora espléndida, se pasa muy rápido como ya he dicho y creo que tendré un ojo puesto en los circos que hay a mi alrededor.

Están de gira y es posible que vayan dentro de poco a vuestra ciudad, podéis ver todas las fechas en https://circusiloveyou.com/en/. Confiad en ellos, saben lo que hacen.

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