Justo cuando pasó lo peor de la pandemia, allá por septiembre 2021, me gasté 140€ en unas botas Salomon que compré para salir de excursión con Kalte, amigos y lo que sea, también para llevármelas de viaje y usarlas en festivales. Por supuesto, las usé lo antes posible, salimos de excursión a las pocas semanas y volvieron a quedar aparcadas para ser usadas una vez más a los pocos meses. Desde entonces quedaron aparcadas y con la mudanza mi prima nos prometió emociones fuertes en esta parte de europa, por lo que se ha estado trabajando el hiking de una manera más o menos intensa, quizás no todo lo que nuestro cuerpo y tiempo nos permite, pero si lo suficiente para usarlas una vez cada dos semanas.
En cualquier caso, he descubierto que el hiking no es solo bueno para amortizar la inversión en unas botas Salomon. Se hace deporte, se desconecta de la ciudad y se ven parajes espectaculares además de hacer unas fotos bastante locas. Para mi 30 cumpleaños, Kalte me ha regalado un curso para aprender a revelar en blanco y negro así que se viene turra fotográfica. En cualquier caso, estamos cerca del bosque (bosque bosque) y en 15-20 min en tren puedes plantarte en medio de la naturaleza, donde ponerte a andar casi sin pensarlo y hacerte unos 20-30km en un día.
Rodeado de naturaleza, lagos, ríos, campos de trigo, paisajes preciosos... es una buena experiencia. No tienes que estar todo el día por ahí, puedes simplemente acercarte a La Cambre, el parque que da inicio al bosque al sur de Bruselas, y ponerte a andar un par de horas hasta que te canses o encuentres un kiosko o una brasería donde tomarte una cerveza, un café o lo que te apetezca. Lo bueno de Bélgica es que está bien comunicada por tren, por lo que no tienes que tener un coche para salir de la ciudad como nos pasaba en Valencia. Allí el hiking es distinto: es más montañoso, está lejos de la ciudad y solo se puede hacer en otoño o invierno por el calor.
Bruselas está muy bien adaptada al hiking. Creo que hay chistes con lo que les gusta a los alemanes salir un día libre a hacer un hike de 22Km y lo entiendo. Es que creo que me estoy convirtiendo en centro-europeo porque se le coge gusto rápido. Como alguien que disfruta de la nada, de estar perdido (en ocasiones no saber donde se está en el mundo) y de la naturaleza sin que el calor veraniego te empape de un sudor pegajoso que no te deja respirar, está siendo una confirmación de lo que ya sabía: el hiking es lo mío y voy a amortizar las botas Solomon seguro.
Las notas graciosas de los hikes que hemos hecho: la geografía de Bélgica. Como salir de la ciudad convierte el paisaje en una interminable urbanización donde no hay casas de más de dos alturas, hay asesorías en chalés y gente con mucho, mucho dinero. Es increíble. También ver como aquí lo normal es vivir en pedanías o en lugares que solo había visto en las películas alemanas de la tarde de la 1. Debe ser algo de los centro-europeos. También que si te pierdes lo pagas: un hike de 22km fueron 30km. O que los días libres son días libres para todos. O que a veces hay que dar rodeos porque el viento ha tirado árboles en tu ruta. En fin: experiencias.